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El nuevo líder socialdemócrata sueco promete armonizar el desarrollo con el bienestar social

El nuevo presidente del Partido Socialdemócrata sueco y próximo primer ministro, Göran Persson, lanzó ayer el reto de convertir a Suecia en "un país ejemplar que armonice el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente y la política de bienestar". En su discurso ante el congreso extraordinario socialdemócrata, Persson prometió defender "los principios le una sociedad igualitaria" y la lucha contra el paro en la Unión Europea".

Persson, que asegura anteponer a las personas frente al mercado, advirtió que el partido debe estar preparado para esos desafíos ante los cambios operados en el mundo. "El bienestar", señaló el nuevo líder socialdemócrata y primer ministro a partir de la semana entrante, "debe construirse a partir del trabajo y la producción dentro de nuestro país y no sobre la base de seguir acumulando préstamos" y alertó a los, congresistas contra el peligro de subestimar la inflación.El discurso de Persson ante los representantes socialdemócratas y delegados de partidos homólogos de toda Europa, destiló una fuerte carga ideológica, pero no formuló medidas concretas de Gobierno, como su reiterada propuesta de reducir el desempleo en Suecia a la mitad antes del año 2000 junto con el mantenimiento de un bajo nivel de inflación.

Muy probablemente, esta aparente omisión no fue casual El nuevo líder socialdemócrata había sufrido el día anterior su primera derrota en el congreso, cuando se rechazó por una amplia mayoría una propuesta de la dirección para condicionar la expansión del sector público al crecimiento económico. Varios sectores, especialmente los jóvenes, las mujeres y los representantes del interior del país cuestionaron la política de seguir aplicando ajustes que afectan a los sectores más débiles de la sociedad.

El clima del congreso mostró que las críticas de las bases a la dirección no eran minoritarias. Persson intuyó que era el momento de reafirmar los principios de defensa del sector público y su discurso tuvo un efecto positivo para sosegar el crispado ambiente del congreso.

Sin embargo, Persson rechazó implícitamente, como antes lo había hecho explícitamente su predecesor, Ingvar Carlsson su adscripción a posiciones tradicionalistas" o "renovadoras" en el partido, e intentó ofrecer una síntesis al reivindicar los principios tradicionales de igualdad y justicia de los socialdemócratas suecos mientras alertaba contra el fracaso de las viejas recetas económicas. "Sin crear riqueza mediante el trabajo de todos, será imposible mantener el bienestar", advirtió.

Energia nuclear

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Persson también reiteró el compromiso de Suecia con el proyecto europeo y expresó su confianza en que la lucha contra el paro encontrará eco entre los países de la Unión Europea que se resisten a encararla como cuestión prioritaria. Al respecto, se mostró esperanzado ante un eventual triunfo del Partido Laborista en el Reino Unido.Antes de su clausura, el congreso deberá discutir algunas cuestiones sobre las cuales aún no hay coincidencias. Una de ellas es la política energética. El previsto desmantelamiento de los reactores nucleares suecos tiene implicaciones económicas y ecológicas que han polarizado las posiciones de los congresistas. Suecia cuenta actualmente con 12 reactores nucleares y, de acuerdo con el resultado de un referéndum celebrado en 1980, el primero de ellos deberá ser desmantelado durante el mandato del actual Gobierno. Además, los sindicatos coinciden con la Confederación de Empresarios en que la energía nuclear debe mantenerse por razones económicas.

La organización ecologista Greenpeace no quiso perder la oportunidad de dar un golpe publicitario aprovechando el congreso socialdemócrata. Pese a las rigurosas medidas de seguridad, dos ecologistas, que simularon ser técnicos de televisión, lograron introducir en el local un cable de 60 metros de longitud conectado a un autobús de Greenpeace, dotado con un equipo de paneles de energía solar. Cuando el cable fue conectado a una toma de corriente de la sede del congreso, varios ecologistas desplegaron una pancarta con la inscripción "Nueva energía".

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