_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El cuerpo

Juan José Millás

La extrañeza con la que hablamos de la configuración de Plutón, cuyas fotografías nos acaba de remitir el Hubble, no es muy distinta de la que mostramos al descubrir un nuevo gen en las regiones más remotas del cromosoma. Ello es la demostración palpable de que no pertenecemos ni a esté universo ni a este cuerpo. Sería absurdo volver de la cocina al salón diciendo que hemos dado con un yacimiento de azúcar, a menos que la cala sea de otro. Si es verdad, en fin, que somos propietarios de un depósito lleno de genes, deberíamos conocerlo, como el cajón de los calcetines, para ponernos cada día. el que nos diera la gana. Acabo de enterarme de que tenemos un gen de la ataxia, o de la ataraxia, prácticamente sin usar.Algunos insectos depositan sus huevos en el cuerpo de un mamífero que constituye la despensa de la larva cuando sale. Se ve que a nosotros nos han colocado en este cuerpo para que lo devoremos poco a poco. Si no fumas y lo consumes con prudencia viene a durante más o menos una vida. Y no te proporciona sólo proteínas o grasas como la mayoría de los organismos, sino que gracias a la especial configuración de su cerebro te provee también de pasiones, ideología y todo aquello, en fin, que nos hace tan desdichados o felices mientras el hígado resiste. Se trata, pues, de un cuerpo con tal variedad de usos y tan manejable que mas que una despensa parece un sistema orgánico personal. Sin embargo, el descubrimiento de estos genes de la ataxia, igual que el hallazgo de un casquete polar en Plutón, ponen de relieve, a la vez que nuestra ignorancia, nuestra condición de extranjeros en un territorio carnal y cósmico que cada día nos sorprende.

De ahí que quienes estudian a los lepidópteros, o se fijan mucho en las moscas, dejen de creer en Dios y pongan toda su fe en los insectos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_