Las 427 cantigas de Alfonso X el Sabio se graban completas por primera vez
Eduardo Paniagua presenta mañana en un concierto los primeros cuatro discos de la serie
Pese a su categoría como uno de los legados musicales más relevantes de la cultura medieval europea, sólo alrededor del 10% de las 427 cantigas de Alfonso X el Sabio han sido editadas en disco. La compañía Sony emprende ahora la grabación de su totalidad y los primeros cuatro discos se presentan mañana en El Escorial con un concierto del grupo de Eduardo Paniagua. Arquitecto, músico y promotor de la iniciativa, Paniagua pretende rescatar la intensidad contemplativa de unas melodías que, dice, "sirven para renovarnos por dentro". Los instrumentos utilizados son copias de los originales.
Trombas marinas, nays, chirimías, salterios, bendires, cascabeles, santures, dutares, címbalos, laúdes árabes y cristianos. Los referentes idiomáticos de estos instrumentos musicales permiten comprender la complejidad de las culturas que se entrecruzan en el siglo XIII en las cantigas de Alfonso X el Sabio. A Toledo, donde nació el rey y en cuya corte se crearon las canciones, está dedicado uno de los compactos, y en la primera cantiga hay ya una estrofa referente a los "judíos y herejes" que menospreciaban la idea de la virginidad de la Virgen. "Cantigas de judíos hay como 15, y no todas acaban mal", dice Paniagua, que insiste en la idea de que aquella época era de fanatismo religioso, pero también de tolerancia. "Esas mismas canciones podían estar interpretadas por judíos en la corte de Alfonso X, que se autodenominaba rey de las tres religiones y contó en su entorno con sabios y ministros de finanzas judíos", dice.
De los cuatro compactos que Sony publica ahora, el doble La vida de María ha sido especialmente grabado para este proyecto; los titulados Remedios curativos y Cantigas de Castilla y León estaban ya grabados, aunque sin editar, y las Cantigas de Toledo ya habían aparecido en el sello Pneuma, de Eduardo Paniagua. El próximo disco, un doble compacto, se grabará en abril con el título Cantigas de Sevilla. Paniagua ha preferido agrupar los temas que tengan un hilo conductor en vez de seguir un orden cronológico. Ha encargado también una edición del texto. "La lengua lírica de la época era el galaico-portugués, y no hay una edición en castellano, lo cual es una vergüenza", comenta el músico. "Le hemos encargado la traducción a Jesús Montoya, profesor y experto de Granada". La transcripción de las cantigas, recogidas en cuatro códices (dos en El Escorial, uno en Madrid y otro en Florencia), fue realizada en 1964 por Higinio Anglés.
Paniagua explica que Alfonso X (1221-1284), un poco hastiado de la corte, "enfoca su devoción a Santa María recuperando el espíritu caballeresco. En vez de en una dama terrenal, dirige su amor platónico hacia la Señora de las Señoras. Intenta conseguir el paraíso, que la Virgen acepte el honor de ser cantada como dama celeste". Esa sublimación del amor humano llevado a lo místico se puede captar en las melodías, según Eduardo Paniagua. Y en el fondo, dice, se percibe el sonido de la música mediterránea y surgen aires de canciones de siega o de marineros. "Hay melodías que nos suenan, que pertenecen a nuestra cultura y nos acercan a lo nuestro".
Catarsis
Eduardo Paniagua, de 43 años y en la actualidad arquitecto para la Comunidad de Madrid, pertenece a una conocida familia de músicos especializados. Su hermano Luis es compositor, y Gregorio fue director de Atrium Musicae, grupo que en 1968 grabó cinco discos de la antología de música antigua española. En esas grabaciones, Eduardo Paniagua, que tenía 16 anos, era uno de los intérpretes. El cuarto hermano, Carlos, es constructor de instrumentos.
Igual que la música étnica o la denominada new age sirven de catarsis para muchos oyentes, Eduardo Paniagua considera que en el caso de las cantigas puede ocurrir algo parecido. El éxito de los discos de gregoriano y otras músicas reducidas hasta ahora a pequeños círculos cultos ha ayudado también a plantear un proyecto tan ambicioso. En las grabaciones, Paniagua ha querido respetar "la melodía, el ritmo, el poema y la historia en toda su extensión", y ha optado, frente a grupos de música antigua "más monótonos", por una vía "viva y atractiva, con el fin de romper la idea de que lo medieval es aburrido".
Los instrumentos utilizados son copias de los originales, salvo algunos de percusión que se pueden encontrar idénticos hoy día en el mundo árabe. Las copias están basadas en las miniaturas de los códices y en la iconografía religiosa.
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