Dos pueblos separados

Desde un sustancial reforzamiento de los sistemas de seguridad y la incorporación de soldados veteranos para proteger autobuses, hasta métodos de demolición de casas para castigar a las familias de extremistas palestinos comprometidos en la lucha armada. La estrategia del Gobierno israelí delineada ayer en un comunicado de 12 puntos contiene medidas sin precedentes, pero ninguna resolución resulta tan draconiana como la separación de las poblaciones israelí y palestina en Gaza y Cisjordania.Al entrar en vigor esta medida, Israel estará formalmente imponiendo una barrera (que será física y psicológica) que separe a palestinos e israelíes, invocando, sin embargo, el principio de la coexistencia pacífica.

Habrá una zona de separación con puestos para el control de personas y vehículos. Es decir, un sistema que con el tiempo irá bloqueando el acceso de los palestinos a territorio israelí. Se trata de una medida que muchos palestinos ven como el prólogo a la suspensión definitiva de sus permisos de trabajo en el Estado judío. Funcionarios israelíes hablan ya de aumentar el número de inmigrantes extranjeros para reemplazar la mano de obra palestina.

En cuanto al coste del proyecto de separación, se destinarán 96 millones de dólares (unos 11. 500 millones de pesetas) en un periodo de dos años. En esa cantidad van incluidos los gastos para la protección del transporte público, que quedará a cargo de una fuerza adicional de 800 efectivos.

El documento subraya que todas estas decisiones serán aplicadas de acuerdo con las normas internacionales de las que el Estado judío es signatario.