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El Tribunal de La Haya acusa de crímenes de guerra al general serbio capturado en Sarajevo

ENVIADO ESPECIAL El Tribunal de La Haya para la antigua Yugoslavia acusó ayer formalmente al general serbobosnio Djordje Djukic, responsable del cerco artillero de Sarajevo, capturado hace un mes por el Gobierno de Sarajevo y extraditado a Holanda, de crímenes de guerra y contra la humanidad. El fiscal Richard Goldstone anunció que el detenido se había negado a cooperar con la justicia, pero que las prueba contra él eran suficientes como para iniciar su procesamiento. Djukic es el militar de más alta graduación en manos del Tribunal Internacional.

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Sarajevo considera la decisión como "un reconocimiento para nuestro sistema judicial y para las personas que han investigado y recopilado los crímenes de Djukic". Pale guardaba silencio anoche. El alto tribunal acusa al general serbio, colaborador muy próximo del máximo jefe militar serbobosnio, Ratko MIadic, de participar en el bombardeo de la población civil desde Sarajevo, sitiada desde la primavera de 1992 hasta final de 1995.Djukic fue arrestado casualmente en un control de un suburbio de Sarajevo por el Gobierno bosnio. Junto con él fue detenido el coronel Aleksa Krsmanovic, también en las prisiones de La Haya y cuya acusación formal puede producirse en cualquier momento.

El defensor de Djukic, un conocido abogado de Belgrado, habían pedido esta semana la libertad del general, por detención ilegal y falta de pruebas. Goldstone declaró a comienzos de semana que esperaba que Djordje Djukic, en un puesto clave para conocer los movimientos de tropas y material serbobosnio y la identificación precisa de la cadena de órdenes, cooperaría con el Tribunal para los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia. Su testimonio podría ser clave para desvelar las responsabilidades de su jefe MIadic, también inculpado por genocidio y crímenes de guerra, e incluso del presidente serbio, Slobodan Milosevic. Djukic será interrogado formalmente como acusado el lunes, aunque su proceso puede aún tardar meses.

El arresto en Sarajevo de los dos jefes militares motivó a comienzos de febrero la ruptura -decretada desde su escondite en Hans Pisejak por MIadic- de los contactos militares entre los serbobosnios y las fuerzas de la OTAN encargadas de la aplicación de los acuerdos de paz. El deterioro de la situación en Bosnia por éste y otros motivos forzó a Washington a convocar una cumbre urgente en Roma, a mediados del mes pasado, para encarrilar el proceso pacificador.

Segundo detenido acusado

Djukic es la segunda persona acusada formalmente de crímenes de guerra que está físicamente en poder del Tribunal Internacional de la ONU. El otro es un pez relativamente pequeño, Dusko Tadic, otro serbobosnio implicado en la deportación de musulmanes al campo de Omarska, cerca de Prijedor, y en la violación y asesinato de prisioneros. El juez Goldstone, que ha anunciado su regreso a Suráfrica este verano, ha abierto sumario hasta ahora, a 53 personas -46 serbios y 7 croatas- de las que 51 permanecen refugiadas en Serbia, Croacia o el territorio de los serbios de Bosnia.El Ministerio de Exteriores de Sarajevo declaró ayer por boca de su portavoz, Mirza Hajric, que espera que "Zagreb y Belgrado colaboren con el tribunal como lo ha hecho el Gobierno bosnio". Hasta ahora, tanto Milosevic como el presidente croata, Franjo Tudjman, han promovido a sus militares considerados sospechosos de atrocidades por el Tribunal de La Haya. El Tribunal Internacional, que bajo el impulso del surafricano Goldstone ha adquirido velocidad de crucero ha iniciado esta misma semana la audiencia de testimonios para inculpar a Milan Martic, máximo jefe de los serbios secesionistas de Croacia. Martic, refugiado en la ciudad serbobosnia de Banja Luka, ordenó en mayo pasado el bombardeo de Zagreb con proyectiles de fragmentación.

A Djukic, que fue llevado a La Haya desde Sarajevo en un avión de la OTAN a comienzos de febrero, el Tribunal de La Haya le considera perfecto conocedor de los canales utilizados por Serbia para mantener el abastecimiento de sus aliados en Bosnia, pese a las sanciones de la ONU. Al general serbobosnio, con vínculos acreditados en el Estado Mayor del Ejército yugoslavo, se le acusa de cooperar al bombardeo de la población civil y de haber forzado a los prisioneros musulmanes a excavar trincheras en las líneas del frente y a reparar las piezas artilleras que asolaban Sarajevo.

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