El FBI y la justicia investigan los contratos de Argentina con IBM
Ocho contratos en Argentina de la multinacional, estadounidense IBM, por valor aproximado de 1.000 millones de dólares (122.000 millones de pesetas), son investigados por las autoridades locales y de EE UU, incluido el FBI, al haberse denunciado sobornos y pagos irregulares por 37 millones de dólares, la participación de personas fallecidas y otras graves irregularidades en el contrato de informatización de IBM y el estatal Banco Nación.
Fiscales y agentes policiáles norte americanos investigan in situ, y la justicia argentina ha pedido, autorización a Washington para tomar declaración a directivos de la compañía en Estados Unidos y acceder a determinados asientos con tables. La oposición reclama la creación de una comisión parla pientana que investigue los con tratos en Argentina. El juez federal Adolfo Bagnasco, que lleva la causa del Banco Nación y es uno de los interlocutores de los funcionarios del FRI, Reserva Federal, Departamento de Justicia y Comisión de Valores encargados del caso, busca también pruebas sobre un posible la vado de dinero. "Es dinero proveniente de un ilícito, y si ese dinero se recircula es porque proviene de un ¡lícito", declaró. "Lo que pasa es que comunmente se entiende que el lavado sólo proviene del narcotráfico. Éste es un delito con repercusión internacional".
El escándalo surgió el pasado año y pronto se cobró víctimas de peso: cayó la dirección del principal banco nacional junto con la cúpula de IBM en este país, afectados por sospechas de negligencia o complicidad en facturaciones y precios hinchados en la modernización informática de la central y sucursales de la entidad, presidida entonces por Aldo Dadone, amigo personal del ministro de Economía, Domingo Cavallo, a quien colocó en incómoda situación: "Me siento muy defraudado". El contrato asciende a 250 millones de dólares y supuestamente 37 de ellos han podido ser cobrados delictivamente por ejecutivos de IBM, empresarios, utilizados en el soborno de funcionarios del Banco, o permanecen "a la espera de destino". En diciembre, dos ingenieros de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires calcularon que la informatización adecuada para el banco pudo haberse conseguido por 130 millones, peritaje descalificado por IBM.
Bagnasco, después de proceder a varios allanamientos, ha entrado en el último tramo de la etapa indagatoria tomando declaración a Marcelo Cattáneo, hermano del entonces subsecretario general de la presidencia, cuyo titular es Alberto Kohan, hombre de confianza del presidente Carlos Menem. El jefe del FBI, Louis Freeh, llega entrevistarse con éste para tratar, entre otros asuntos, sobre la causa abierta. Marcelo es hermano de otro implicado, Juan Carlos Cattáneo, segundo de Kohan hasta su forzada salida al estallar un escándalo que ha puesto en entredicho la limpieza del resto de la operaciones de IBM en Argentina. Los hermanos Cattáneo, en el ojo del. huracán, fueron directivos de las firmas CCR y CONSAD, subcontratadas por IBM en una sospechos operación.
También han prestado declaración los principales directivos locales de IBM, en tanto que el semanario de Montevideo Búsqueda y el diario porteño Ámbito Financiero publicaron que el departamento de Justicia norteamericano solicit ó de Uruguay acceso a las cuentas bancarias de once argentinos, entre ellos él anterior-presidente del Banco Nación, de Alber to IKohan, y de José Octavio Borzón, ex gobernador de Mendoza, provincia donde IBM firmó un contrato, y emergente ex candidato presidencial en las elecciones de mayo de 1995 por el centrista Frepaso del País Solidario (Frepaso).
Un funcionario del banco había tirado de la manta. La empresa Capacitación y Computación Rural (CCR) recibió el encargo de instalar, sumando un "extra" presupuestario de 37 millones de dólares, un sistema informático alternativo en el Banco Nación para s entrada en funcionamiento si fallaba el principal. Se trata de un Servicio Bancario de Línea (SBL), no incluido en el contrato inicial según vanos testimonios, propiedad de CONSAD. Su utilización fue transferida por ésta a CCR en una maniobra que escamó. Tanto como el hecho de que varias personas forman parte de la dirección de estas dos empresas y tienen contactos políticos importantes. Ell hecho es que CCR ha llegado a cobrar aproximadamente 16 millones de dólares de los 37 comprometidos por IBM, de los cuales 14 fueron utilizados para pagar a proveedores inexistentes o fallecidos, según consta en el sumario; cinco se transfirieron a una cuenta suiza cuya titularidad se investiga.
Practicas empresariales irregulares
La auditoría efectuada por IBM, que defiende la inexistencia de actos délictivos y la corrección del monto del contrato, 250 millones, entra en colisión con los resultados de las pesquisas ordenadas por el juez. Un portavoz de la compañía, Mariano Botas, admite que se tomó una mala decisión gerencial: subcontratar a la firma CCR, motivo por el cual fueron alejados de IBM tres de sus principales hombres. Tanto Botas como otros altos ejecutivos de la central en Estados Unidos reiteraron que, de esa subcontratación nunca tuvo conocimiento la casa matriz.Otra es la aseveración ante al juez de Gustavo Soriani, gerente de Operaciones hasta su despido: IBM-EE UU sabía todo. Dió nombres. Fred McNeese, director de Relaciones Públicas Internacionales, admitió por su parte que al revisar el contrato suscrito en 1994 descubrieron instancias donde no se cumplían las prácticas empresariales habituales, ni los controles gerenciales establecidos en la casa. De todas formas, trascendió, la "voluntad" de la multinacional de celebrar conversaciones, tirando a la baja, sobre los costos finales. De 1990 a 1994, IBM firmó contratos con la Dirección General Impositiva, 650 millones de dólares, y con bancos u organismos municipales de Córdoba (100 millones), Mendoza, Neuquén, Santa Fe y Avellaneda por aproximadamente 1.000 millones de dólares.
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