El caso del hemoderivado con sida es un malentendido según el exportador español
"Todo ha sido un malentendido". Con esta frase, el representante legal del Instituto Grifols de Barcelona, el abogado Tomás Dagá, daba ayer por zanjado en Rabat el incidente surgido en Marruecos hace pocos días, cuando se aseguró que unas muestras de gammaglobulina enviadas a Rabat estaban contaminadas por el virus del sida y la hepatitis. Las explicaciones dadas por el Ministerio de Sanidad y por el director del Institut Pasteur, aunque no aclaran la naturaleza del error, dejan claro que las muestras no estaban contaminadas.Ambos organismos indicaron que, según los análisis efectuados, las muestras eran "no correctas", pero que eso no significaba que estuvieran contaminadas. Al respecto, el Instituto Grifóls indicó ayer que el término "no correcto" no tiene "un contenido científico" y que "los resultados de cualquier análisis sólo pueden dar positivo, negativo o dudoso. Por tanto, el Instituto Grifols sólo puede aceptarla posibilidad de que las muestras se hayan analizado utilizando métodos inadecuados, lo cual daría resultados incongruentes, como parece haber sucedido en el presente caso".
"El resultado fue mal interpretado por determinada prensa marroquí", señaló el emisario de Grifols en una conferencia de prensa celebrada en un hotel de Rabat, junto con funcionarios de la embajada española. El letrado indicó que, tras los artículos publicados por la comunidad científica de Marruecos y las explicaciones del Ministerio de Sanidad, la firma catalana se considera ya resarcida.
Horas antes, el Instituto Pasteur de Casablanca, que había efectuado los análisis sobre los medicamentos catalanes, había celebrado otra conferencia de prensa en la que en grandes líneas había confirmado las versiones del representante de Grifols; es decir, que las muestras "no eran aptas", sin que ello significara que estuvieran contaminadas de sida. No aclaró, sin embargo, por qué no eran aptas.
En ese encuentro el Instituto Pasteur dirigió un mensaje tranquilizador a los consumidores, afirmando que "los medicamentos derivados do la sangre, disponibles en el mercado nacional, están conformes y no presentan ningún tipo de peligro para la población".
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