Alemania acusa a la Comisión de no resolver el después de la unión monetaria
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Yves-Thilbault de Silguy, recibió ayer un chorreo de críticas ante la numerosa audiencia que participa en las reuniones del World Economic Forum. El presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, le acusó de haber sido incapaz de presentar una propuesta que garantice la estabilidad de los países que formen parte de la unión monetaria a partir de 1999. Para Tietimeyer esta cuestión, que el Tratado de Maastricht recoge sólo vagamente, es "fundamental para que la moneda única tenga credibilidad".El responsable del Bundesbank recordó que hace tres meses, y a raíz de la creciente resistencia del público alemán a la perspectiva de abandonar el marco por, una moneda común, el ministro de Finanzas, Theo Waigel, presentó a sus socios en la Unión Europea un pacto para garantizar la disciplina presupuestaria después de la unión monetaria (el déficit público debía ser del 1% del PIB en época de vacas gordas y sólo llegar al 3% -como exige ahora Maastricht- en vacas flacas).
La violación de estas condiciones, sugirió Waigel, debe castigarse con sanciones.
La Comisión, que se mostró entonces de acuerdo con los principios de esta propuesta, aún no ha respondido. El mismo Silguy, poco antes de las críticas de Tietmeyer, había dejado en el aire esta cuestión al declarar que la estabilidad presupuestaria depende únicamente de los ministros. "Estoy esperando ansiosamente los resultados de la Comisión", dijo Tietmeyer, "pues el Tratado no es suficiente". Para el presidente del Bundesbank, es necesario que haya un sistema automático para aplicar sanciones a los países que se relajen en el frente presupuestario.
"Hay que ir hasta el fondo de la cuestión para que una vez que el Consejo de Ministros decida qué país sobrepasa el límite permitido se le castigue de forma automática".
Silguy no respondió a las críticas de Tietmeyer, mientras que el gobernador del Banco de Francia coincidía casi en todo con la reivindicación de su colega alemán.
Jean-Claude Trichet se mostró de acuerdo en que un pacto de estabilidad tan exigente como el de Waigel es "absolutamente necesario" para la credibilidad del euro, pero contrario a que su incumplimiento se sancione de forma automática. Trichet defendió la credibilidad de la moneda única para atraer inversión.
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