Un talante abierto
Durante décadas, prácticamente hasta finales de los setenta, el nombre de Manuel Álvarez Bravo (Ciudad de México. 1902) se identificó en medios especializados con el arquetipo del fotógrafo de América Latina. Su producción, que cuenta con un amplio catálogo de imágenes concentradas en sí mismas, pletóricas de una enorme carga poética, en un ejercicio simplista se las ha ligado a corrientes tan contrapuestas como el cubismo, el surrealismo e incluso con algunos elementos estéticos del arte japonés. Pero las esencias de su producción realmente hay que buscarlas en. áreas plásticas tangenciales a las corrientes muralistas, concretamente en las obras de los artistas que, adornaron con sus mensajes revolucionarios las paredes de los edificios públicos en la segunda mitad de este siglo, como Clemente Orozco, Alfaro Siqueiros, Diego Rivera Ramón Alba, Fermín Revueltas y otros.Su reconocimiento internacional data de la fecha en que André Bretón visitó México en 1938 y expresara públicamente la fascinación que sentía por sus tomas, influyendo en la realización de una exposición monográfica que con el tiempo se hizo de referencia en la galería Renou et Colle (París). En ésta compartió créditos con Frida Kahlo, y para la cubierta del catálogo Breton le encargó que realizara quizá su más conocida instantánea, el desnudo femenino titulado La buena fama durmiendo, de 1938.Considerado como el iniciador de la moderna fotografía mexicana, los argumentos de sus registros deambularon entre lo reivindicativo de las raíces autóctonas y la serena belleza contenida en sus retratos. Todo ello desde la perspectiva de un talante abierto alejado de la más mínima veleidad chovinista (amigo de los grandes del siglo, como los fotógrafos Cartier-Bresson o Paul Strand, directores de cine como Eisenstein -con el que fue cámara en Que viva México- o Luis Buñuel, entre otros. A sus 93 años, aún sigue fascinado con la obra del fotógrafo norteamericano Edward Weston, con el que trabó amistad cuando tenía 27 años mediante la artista italiana Tina Modotti.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.