Un jefe del 'cartel de Cali' se fuga en un coche por la puerta principal de una cárcel de Bogotá

Colombia soporta una nueva vergüenza: José Santacruz Londoño, tercer hombre en importancia del cartel de Cali, se fugó el pasado jueves de una cárcel de alta seguridad en Bogotá. La evasión se produjo hacia las dos de la tarde, pero sólo pasadas las cinco lo supo el jefe nacional de la Policía, general Rosso José Serrano. "No puede ser, no puede ser" fue lo único que acertó a decir este alto funcionario, considerado como una especie de héroe en la lucha contra el narcotráfico. El presidente, Ernesto Samper, decretó el estado de conmoción interior (estado de excepción).

El general Serrano, que se colocó al frente de los 10.000 hombres que se dieron a la persecución del prófugo, se mostró seguro de tina pronta captura. Paralelamente, el Gobierno anunció tentadora recompensa para motivar la colaboración ciudadana: (los millones de dólares (unos 240 millones de pesetas).Lo que queda en claro, dijo el fiscal general de la nación, Alfonso Valdivieso, es el alto poder de la corrupción del narcotráfico. La fuga de Santacruz, que había sido detenido en un restaurante de Bogotá el pasado 9 de julio, fue fácil. A las nueve de la mañana del jueves, Santacruz fue trasladado de su celda de alta seguridad a un cubículo para ser interrogado por uno de los fiscales sin rostro. Dos horas después, terminada la declaración, el fiscal se retiró y cuatro guardias quedaron encargados de reintegrar al detenido a su celda. Pero no fue así. Hacia las dos de la tarde, un vehículo igual al usado por el fiscal llegó al penal. Anunciaron que era necesario ampliar la diligencia iniciada por la mañana. No se sabe aún cómo salió Santacruz del cubículo, atravesó corredores y coronó su fuga por la puerta principal a bordo del vehículo de cristales tintados.

El jefe nacional de Prisiones dimitió ayer a raíz del suceso, al tiempo que las autoridades reconocieron que se había producido un fallo de vigilancia en esta cárcel de alta seguridad. Los automóviles de la fiscalía entran y salen libremente de la prisión para proteger la identidad de los Jueces sin rostro. Como cerebro de la fuga se señala extraoficialmente a un ex funcionario de la Procuraduría, actualmente abogado del cartel.

"Estamos aterrados", dijo el subsecretario de Estado norteamericano para asuntos de narcotráfico, Robert Gelbart. El jefe de la DEA (la agencia antinarcóticos de EE UU) en Miami fue más duro: "Si los colombianos no pueden manejar este asunto, que nos los envíen a nosotros", afirmó en clara referencia al interés de Washington por que se reanude el tratado de extradición. Indiscutiblemente, es un mal comienzo de año para Samper, que no ha logrado borrar totalmente las acusaciones de haber recibido dinero de la Mafia para su campaña.

En la citada cárcel de alta seguridad permanecen los hermanos Rodríguez Orejuela, señalados como máximos jefes del cartel de Calí. Ésta es la sexta vez que los capos del narcotráfico burlan abiertamente a la justicia. El episodio más escandaloso fue la fuga de Pablo Escobaren julio de 1992. Se esfumó en medio de un pelotón militar que trataba de trasladarle de prisión.