Cultura de la derrota
La festividad de la Pascua Militar ha llevado al presidente del PP a consumir un turno periodístico en Abc en pro de "una cultura de la defensa", expresión muy querida de Javier Rupérez. El ejercicio ofrecido . en la tercera página de ayer con densa la oferta programática del PP en esta materia después de que se hiciera público el propósito de reducir a seis meses el servicio militar obligatorio. El artículo está escrito como si hubiera sido firmado en el despacho oficial por un Aznar ejerciendo de presidente del Gobierno. Expresiones como la de "es mi firme propósito el continuar e intensificar la participación de nuestras FAS en las estructuras militares multinacioriales", o la de "no creo pertinente revisar las modalidades de nuestra integración en la Alianza Atlántica", o también la de "tengo la resuelta intención de simplificar la estructura y aliviar la onerosidad burocrática del Ministerio de Defensa", sólo se entienden después de la investidura. En otras pascuas militares anteriores Abc siempre se aplicó, como hace también por ejemplo el día de la banderita, a sus deberes institucionales y prefirió subrayar las impecables relaciones del Gobierno con las FAS mediante artículos del ministro del ramo y del jefe del Estado Mayor de la Defensa floreados con entre vistas varias a los otros miembros de la cúpula militar. Ayer -¡fuera máscaras!- el diario de Anson prefirió. ofrecer sus espacios de honor al líder de la oposición y tildar de electora lista el discurso del ministro Gustavo Suárez Pertierra.Da la impresión que al PP le sucede lo mismo que al PSOE cuando sus. enlaces con las FAS estaban en manos de Enrique Múgica y de Luis Solana, que se asesoraban en los márgenes de los Ejércitos para hacerle preguntas capciosas al, general Gutiérrez Mellado. Ahora. los asesoramientos de Génova tienen una vertiente civil que protagonizan gentes tan aguerridas y propensas a la obsesión como Ignacio Cosidó y otra militar con excesivo componente de la reserva. Sin salir de la familia Pardo de Santayana podrían los populares encontrar prestigiosos oficiales generales en activo que aporta rían ideas más recientes. En todo caso, ahora que el PP busca, fuentes de inspiración y caladeros políticos en aquella añora da UCD, los hombres de Génova 13 deberían recordar el dificil itinerario recorrido por el Ministerio de Defensa desde su creación en 1977. Este ministerio representó un avance de cisivo precisamente para simplificar, una estructura militar que hasta entonces se repetía por triplicado en los cuarteles generales con resultado de ineficacia, y generosidad burocrática.
Además consiguió que las FAS quedaran sin discusión bajo ja autoridad del Gobierno. Mucho cuidado con lo que ahora vaya a hacerse porque las carga el diablo. A ver si resulta que se prepara un ministro de Defensa situado en la anemia competencial y degradado a la condición de subsecretario conjunto de los titulares de los Cuarteles Generales. No vayamos a volver a las andadas de aquella división entre la sólida cadena de mando militar y la vaporosa rama político-administrativa en la que se posaba el ministro de turno.
Además, José María Aznar nos debe una explicación de por qué no cree pertinente revisar las modalidades de nuestra integración en la Alianza Atlántica, máxime después de la insufrible matraca que han orquestado desde hace más de 10 años los responsables de su partido respecto a esta materia.Queremos saber por qué, ahora que el ingreso en la estructura militar puede quedar en sus manos, adelanta esa renuncia, siendo. así que teníamos aprendido que la incorporación era una cosa buena, mejor que su contraria, pronóstico de bienes, prenda de coherencias debidas y destierro de penosos complejos de inferioridad. Enseguida deberíamos saber cómo se va a incrementar el porcentaje del PIB dedicado a Defensa desde 1,6% hasta 2%, lo que significa ría sumar a esos presupuestos del orden de otros 280.000 millones de pesetas, o millardos, según el neologismo de la Academia. Aunque, en realidad, para llegar al promedio de los países europeos de la OTAN y abandonar la situación grotesca que Aznar denuncia, el esfuerzo debería ser tal que el porcentaje del gasto de ese departamento se incrementara el 2,5% del PIB, es decir, con otros 350.000 mi llones adicionales. Otro día hablaremos de la funesta cita de la señora Thatcher y de la consideración de idea justa atribuida por Aznar al dominio británico de las Malvinas.
