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LA PSIQUIATRÍA DE FRANCO

Mujer, entre el niño y el animal

Las mujeres marxistas también fueron objeto de estudio. Vallejo Nágera y Eduardo M. Martínez, director de la Clínica Psiquiátrica de Málaga y director de la prisión de esta ciudad, analizaron a 50 presas de guerra. El método fue similar al empleado con los brigadistas; pero con una salvedad: A los hombres se les realizó un estudio antropomórfico, pero "en el sexo femenino", escriben Vallejo y Martínez, "carece de finalidad por la impureza de los contornos".El concepto que ambos profesores tenían sobre la mujer está perfectamente expresado en sus textos.

Para justificar el alto grado de participación femenina en las filas de la República, recuerdan su "debilidad mental" y aseguran que "como el psiquismo femenino tiene muchos puntos de contacto con el infantil y el animal", cuando se rompen los frenos sociales que contienen a la mujer "despiértanse en el sexo femenino el instinto de crueldad y rebasa todas las posibilidades imaginadas, precisamente por faltarles las inhibiciones inteligentes y lógicas".

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Pero no sólo eso. Ambos profesores están convencidos de que "en las revueltas políticas" las mujeres tienen ocasión "de satisfacer sus apetencias sexuales latentes". La sexualidad de las presas es estudiada con verdadero interés.

Destacan su libertinaje, -advierten que han sido sinceras al pronunciarse en los interrogatorios, salvo en "las infidelidades conyugales que ninguna ha confesado"-, y ofrecen tablas sobre la virginidad y desfloración y las perversiones sexuales de las presas. Pero en este último aspecto dicen que "son raras en las marxistas malagueñas, pues solamente tres de ellas conocen toda clase de perversiones sexuales". "El amor lésbico tampoco es muy frecuente", escriben, "ya que sólo seis individuas [de las 50], una de ellas virgen, han mostrado tendencia de esta clase".

Los profesores concluyen que la mujer cuando se lanza a la política "no lo hace arrastrada por sus ideas, sino por sus sentimientos que alcanzan proporciones inmoderadas, incluso patológicas, debido a la irritabilidad propia de la personalidad femenina". Y subrayan que la crueldad femenina, "no queda satisfecha con la ejecución del crimen, sino que aumenta durante su comisión".

Sólo tres presas de las estudiadas, según ambos doctores, presentaba una inteligencia superior. Y seis, buena. El resto ofrecía inteligencia media o inferior. Y dos eran débiles mentales, según el estudio. La conclusión de los autores era que el marxismo español se nutría de las personas menos inteligentes de la sociedad.

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