Castro amenaza con más impuestos a los nuevos ricos

El presidente cubano, Fidel Castro, criticó ayer con dureza a los nuevos ricos que han florecido en la isla en los últimos tiempos al calor del proceso de apertura económica, y advirtió que el Gobierno no puede admitir el "enriquecimiento desmesurado de algunos a costa de la mayoría", anunciando que, de ahora en adelante, quien gane más dinero deberá pagar más impuestos. "Que tengamos que tolerar la existencia de ricos, bueno, pero no estamos trabajando para una burguesía nacional rica", afirmó Castro al intervenir ayer ante el Parlamento.

Fidel Castro, que discutió en la Cámara el plan económico y los presupuestos de 1996, algo que no se hacía en Cuba desde hace cinco años, reconoció que las medidas de apertura adoptadas hasta la fecha habían provocado desigualdades no deseadas en la sociedad, y que la realidad había obligado a introducir dichas reformas que no eran del gusto del Gobierno. "Hay gente que se ha enriquecido fabulosamente", dijo el presidente cubano, "y hay que establecer un impuesto progresivo, un impuesto al robo, porque algunos precios [de los trabajadores por, cuenta propia], son de robo, y nosotros lo hemos legalizado", agregó.El jefe de la revolución cubana afirmó que en la isla ha surgido una nueva clase, y alertó sobre los peligros que ello implicaba. "Hay que contar con una nueva clase social y, cuanto más poder y más influencia tenga, mayor será el desafío para la revolución", dijo Castro, refiriéndose principalmente a los dueños de restaurantes y pequeños negocios, así como a los más de 200.000 trabajadores por cuenta propia que han recibido licencia del Estado.

Castro insitió vanas veces en la necesidad de ser muy riguroso en el cobro del nuevo impuesto progresivo sobre los ingresos, porque, dijo, de este se financiará en buena medida la salud, la educación, y la Seguridad Social, y llamó a la población a "informar" de quién alquila casas u otros bienes: "Esa gente que se beneficia con dólares de casas que un día le entregó la revolución, también debe pagar y contribuir al desarrollo de la sociedad".

El mandatario cubano criticó también a los trabajadores del sector azucarero, que, dijo, hicieron perder al país más de 2.000 millones de dólares (unos 250.000 millones de pesetas) en las últimas zafras (cosechas). "La zafra tenía que caer, pero cayó más de la cuenta", aseguró, indicando que la próxima cosecha azucarera es de vital importancia para el país y que en ella la revolución se juega el todo por el todo.