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Gorge Miller: "La aventura del cerdo 'Babe' y la de Mad Max es la misma"

El director australiano triunfa en el cine con un cuento moral

Andrés Fernández Rubio

Cuarenta y ocho cerdos fueron utilizados para encamar a Babe, el cochinillo que desafía su destino y decide convertirse en pastor ovejero, un trabajo tradicionalmente para perros. Novecientos animales se utilizaron en total, en un complejo rodaje en el que el director de Mad Max, el australiano George Miller, organizó la producción. La película, que ha sido un éxito del cine infantil en Estados Unidos, llega hoy a las pantallas españolas. Según George Miller, la aventura de Mad Max no se diferencia de la de Babe.

"En ambos casos se trata de personajes que merodean por una tierra extraña tratando de encontrar el sentido y viviendo aventura s extrernas", explicó George Miller durante una reciente visita a Madrid. "Hasta que llega el momento en que deben probar su valentía y, hasta cierto punto, triunfan, transformando así el mundo en el que viven. La única diferencia es que Babe tiene el corazón totaImente abierto y Max uno mas pequeño que se abre un poco al final".George Miller fue la revelación del cine australiano con la saga que interpretó Mel Gibson. En Babe, dirigida por Chris Noonan, Miller prefirió el papel de productor, en un proyecto que requirió 18 meses de preproducción, 5 de rodaje y 12 de posproducción. "El cerdo utilizado para el final de la película no había nacido al comienzo del rodaje", comenta Miller. Los cochinillos eran entrenados en grupos de media docena y sólo se podían utilizar cuando tenían entre 16 y 18 semanas. El entrenador de animales, Karl Miller, coordinó a un equipo integrado por 59 personas.

"En Estados Unidos, Babe ha sido portada de revistas, muchos anunciantes quieren hacer publicidad con él y hasta Antonio Banderas dijo que los dos personajes más de actualidad en Hollywood eran Babe y él", cuenta George Miller. En la película, que recaudó más de 3.000 millones de pesetas en las salas norteamericanas, los actores humanos tienen menos protagonismo que los animales, que copan el 80% de los diálogos. Para que hablaran, se utilizaron técnicas de gráficos por ordenador y la denominada animatrónica, réplicas exactas de los animales protagonistas creadas por las compañías Henson y John Cox.Convivencia entre animales

"Si ya era difícil lograr que un cerdo bajase las escaleras con un despertador en la boca, más todavía que lo hiciera delante de un pato", dice Miller al recordar la escena más difícil a lo largo del rodaje. "Acostumbramos a los animales a convivir entre especies y con cámaras, luces y claquetas". El cineasta australiano se siente orgulloso del resultado porque considera "un poco de aire fresco" el triunfar, entre tanta película de acción y tiros, con una fábula "de un cerdito en una pequeña granja".

Basado en el libro de Dick King-Smith El cerdo ovejero, Miller explica que su largometraje trata de captar sutileza del texto, escrito en un tono que trata, bajo su apariencia de ligereza, "de cosas muy fuertes, como los prejuicios, la mortalidad y el heroísmo".

George Miller, un hombre sonriente y audaz que cambió la medicina por el cine, piensa que su película tiene la virtud de tratar a niños y adultos como a iguales y la considera una fábula antirracista "que defiende la idea de que un corazón sin prejuicios puede cambiar el destino: con imaginación, compasión y valentía".

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