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UNIVERSIDAD: LOS NUEVOS PLANES DE ESTUDIOS

Sólo unos veinte alumnos de Física se graduarán en Santiago este año

Xosé Hermida

El grupo de estudiantes que charla en el vestíbulo de la facultad de Física de Santiago prorrumpe en una carcajada al oír la pregunta del recién llegado: "Por favor, ¿dónde podría encontrar a alumnos de cuarto curso del nuevo plan de estudios?". "¿De cuarto?. En el segundo piso... si es que hay alguno", responden los jóvenes con un sarcasmo que, arranca el alborozo general.La broma es un reflejo de la atmósfera que se respira entre los estudiantes de este centro. "En ninguna otra facultad de Santiago hay mejor ambiente que aquí", asegura José María Viña, representante del alumnado en la Junta de Facultad, "todo el mundo anda con el agobio encima y eso estrecha los lazos entre nosotros. Es como en la guerra: ante las dificultades, haces amigos".

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Física fue uno de los primeros centros de la Universidad de Santiago que adoptó el nuevo plan de estudios con carreras de cuatro años y créditos por trimestre, en lugar de las asignaturas tradicionales. El próximo junio saldrá la primera promoción, de dimensiones ciertamente escuálidas si es que se cumplen los negros vaticinios de los estudiantes. "Empezamos más de 400, quedaremos en cuarto unos 60 sin créditos pendientes de otros cursos y en junio no creo que aprueban más de 20 ó 30", pronostica Ramón, uno de los pocos que ha resistido y aspira aún a terminar la carrera en cuatro años, al igual que sus compañeros Daniel y José

Ninguno de los tres se parece al jasp licenciado en física cuántica del anuncio, aunque sus sonrisas delatan que a ellos en particular les van bien los estudios. Pero se consideran una excepción: "Es muy duro, sobre todo cuando te coinciden tres exámenes en la misma semana. El primer año ya hubo cantidad de gente que se fue a otras carreras, como a Económicas, a Filosofía o a Derecho". Lo único positivo que aprecian en el nuevo plan es el aumento de dos a cinco en las especialidades a elegir.

José María Viña y sus compañeros Adolfo Sanz y Romina González recuerdan perfectamente los sermones disuasorios de los profesores cuando pisaron, por primera. vez la facultad en 1993: "Todos nos insistieron en que fuésemos realistas, que no nos obsesionásemos con acabar en cuatro años, porque muy pocos lo podrían conseguir".

"Todo resulta muy patético", concluye Viña, quien ha logrado transmitir a la Junta de Facultad la preocupación por la marcha del nuevo plan de estudios. A propuesta de los estudiantes, el órgano de gobierno del centro acordó hace unos días crear una comisión de seguimiento sobre los resultados de la reforma. Su primera misión será recoger datos porque hasta ahora el fracaso se intuye a ojo de buen. cubero, pero no hay una estadística elaborada oficialmente. Viña, por ejemplo, señala que se podrá corroborar hasta qué punto han empeorado los expedientes académicos: "De aquí ha salido gente con un 90% de matrículas en su expediente. Ahora, por lo que sabemos, no creo que el mejor pase del 30%".

También se va a hacer una encuesta entre los alumnos, cuyos representantes están seguros de que probará "que la cultura general en cuestiones de Física ha descendido". "Nos lo dicen los propios profesores", explican los portavoces estudiantiles, "y es lógico que ocurrá así porque no hay tiempo para preparar bien las asignaturas". Los muchachos reconocen aspectos positivos en la reforma, si bien sostienen que gran parte de sus pretensiones se quedan en pura ilusión. Durante algún tiempo, no había profesores suficientes para todas las asignaturas. Se prometen más créditos experimentales y este encomiable objetivo choca con la falta de laboratorios y ordenadores suficientes.

En cuanto a la posibilidad de que cada alumno complete a la carta su propio currículo, ya que 30 de los 300 créditos de la carrera los ha de escoger él mismo entre los planes de estudios de otras licenciaturas, los interesados lo consideran un fiasco. "Hay una terrible incompatibilidad de horarios", expone José María Viña, "al final, acabas cogiendo lo que puedes. Yo me he matriculado en Lógica, en Filosofía, porque me venía bien, pero la verdad es que me interesa bien poco. La mayoría de la gente, está tan agobiada que opta por lo fácil. Se entera donde hay marías y completa sus créditos con ellas. Queremos ser muy europeos y todo acaba en un trapicheo".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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