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Alain Juppé intenta abrir a vía de diálogo nombrando un mediador

l primer ministro francés, Alain Juppé, nombró ayer a Jean Mattéoli como mediador para discutir con los sindicatos el nuevo marco contractual entre el Estado y la SNCF, la compañía pública de ferrocarriles. Se trata de un primer gesto conciliador, de aceptación indirecta de la negociación reivindicada por los sindicatos y recusada hasta ahora por el Gobierno, que prefiere hablar de "concertación".

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La designación de Mattéoli, un hombre de 73 años, antiguo ministro de Trabajo y hoy presidente de un organismo patronal como el Consejo Económico y Social es significativa: se dirige a los ferroviarios, el nucleo "duro" en el que se ha iniciado la actual explosión de descontento social; coincide con los deseos formulados por Jacques Delors, que en una entrevista reclamaba precisamente la figura de "mediador"; y sirve, en definitiva, para intentar. agrandar las grietas de un movimiento de protesta heteróclito. Pero de momento, las centrales sindicales han decidido proseguir la huelga y convocar nuevas manifestaciones a nivel nacional para el próximo martes.Hoy o mañana Jacques Barrot, el superministro de Trabajo y Asuntos Sociales, se reunirá con representantes sindicales. Ayer algunos funcionarios de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) ya fueron recibidos por Dominique Perben, ministro de la Función Pública; que les garantizó que "el, Gobierno renuncia a su proyecto de crear una caja de jubilación específica para los funcionarios" y a cualquier tentativa de modificar los "regímenes especiales de jubilación". Mattéoli se reunirá mañana también por primera vez con representantes de los ferroviarios. Por su parte, el ministro de Educación, François Bayrou, a base de prometer millones y profesores, parece haber amansado_el frente estudiantil. Son detalles con los que se quiere demostrar que "el Gobierno no es ciego y sordo", tal como ayer lo definía el socialista Jospin.

El maximalismo tanto del Gobierno como de los sindicatos amenaza ahora que se dibujan los primeros aunque muy leves signos de un. acercamiento de posiciones, con cobrarse algunas cabezas, como la de Marc Blondel, líder de Fuerza Obrera. (FO), que ha radicalizado el discurso.

Toda las encuestas señalan la bajísima cota de popularidad de Juppé, un primer ministro que corre el peligro de sobrevivir en el cargo, sólo porque, una vez "quemado", es el personaje ideal para endosarle todas las transformaciones conflictivas.

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