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Fuertes divergencias entre los países reunidos en Viena para proteger la capa de ozono

La prohibición del bromuro de metilo, pendiente de los ministros de Medio Ambiente

El agujero de la capa de ozono no cesa de crecer y los responsables. políticos no acuerdan cómo atajarlo, pese a que los científicos han alertado ya que se trata de una amenaza planetaria. Cuarenta ministros y responsables de Medio Ambiente de los 150 países firmantes del protocolo de Montreal, reunidos desde ayer en Viena, sitúan con sus divergencias la cumbre en un pesimista punto muerto. El bromuro de metilo es ahora el principal acusado, tras los acuerdos para dejar de utilizar los clorofluorocarbonos (CFC) en 1996 en los países industrializados.

Los países industrializados deben dejar de producir CFC el 1 de enero de 1996, según el protocolo de Montreal de 1987, posteriormente completado en Londres y Copenhague. Los países en vías de desarrollo tienen un periodo de gracia hasta el 2010. Pero la realidad a que se enfrenta Viena es que se ha disparado el tráfico desde los países desarrollados fabricantes a los no desarrollados consumidores. El control cuesta dinero, y los países más ricos no están dispuestos a invertirlo.La directora del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Elisabeth Dowdeswell, pidió ayer a los ministros que extremen las restricciones contra los productos destructores del ozono. Indicó que el 25% de la población mundial ya ha dejado de producirlos, pero reconoció que los problemas "están lejos de resolverse". Recordó que, desde que se estableció la relación entre los CFC y el deterioro del ozono, transcurrieron 11 años hasta la convención de Viena de 1985. "Está claro", dijo Dowdeswell, "que podríamos haber evitado ese retraso. ¿Nos retrasaremos igual ante los cambios climáticos y el calentamiento global? ¿Vamos a aguardar a que desaparezcan más especies antes de proteger la diversidad biológica?". Un informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), ligó la pasada semana en Madrid finalmente el cambio climático con el impacto humano sobre el planeta y más concretamente con el calentamiento de la Tierra.

Cáncer

La organización ecologista Greenpeace alertó ayer sobre la influencia de la destrucción del ozono en el aumento de los cánceres de piel, ceguera por catarata s y enfermedades víricas. En el hemisferio norte, señala Greenpeace, se registró la primavera pasada la destrucción de más de un 10% de ozono sobre áreas pobladas y, según un estudio del PNUMA, un 10% de destrucción provoca al año 250.000 casos de cáncer de piel.

Además del problema de los CFC, planea sobre Viena el escollo del bromuro de metilo, un pesticida de uso corriente en el Tercer Mundo y para cuya utilización no existen por ahora restricciones. China, India, Kenia y Nigeria se oponen a introducirlas, por considerar el producto como fundamental para su producción agrícola. Greenpeace y otros grupos afirman que esa postura se debe a acuerdos secretos con EE UU e Israel, los mayores fabricantes del bromuro; también fueron criticados por frenar el tema en la UE Italia, Portugal, Grecia, Reino Unido y España mientras los países nórdicos europeos se alinearon con la postura estadounidense. "Les es muy fácil dado que no tienen agricultura mediterránea que sufre en mayor medida las plagas que combate esta sustancia", dijo ayer en Viena el ministro de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente español José Borrell al referirse a la postura de los nórdicos.

Eileen Claussen, delegada estadounidense en la cumbre, afirmó que su Gobierno aspira a que la producción del bromuro de metilo se abandone antes del año 2000 frente a la oposición de la UE que propuso ayer reducir la fabricación de este pesticida a la mitad antes del 2005."Si no llegamos a un acuerdo sobre ambos productos, el foro de Viena no se arregla", dijo Borrell al comentar el bloqueo creado por las posiciones enfrentadas de EE UU y la UE para la limitación de la producción y consumo del bromuro de metilo así como de clorofluorocarbonos semihalogenados.

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