Mano dura en Túnez
Con el 'milagro' económico no cede la represión
No es Augusto Pinochet. A medida que mejoraban los indicadores económicos, el general que dirigía Chile abría la mano en los años ochenta. Cuanto mejores resultados arroja la economía de Túnez, mas endurece su presidente la represión política hasta golpear ahora a sus antiguos aliados en la lucha contra los integristas. En el norte de Africa, Túnez es un ejemplo. Su crecimiento económico anual supera el 5% desde hace cinco años; la renta per cápita se sitúa en 1.800 dólares; el déficit presupuestario del 2,4% suscita envidias hasta. en. Europa; el paro alcanza al 15% de la población, un porcentaje mucho más bajo que en los países de su entorno y, sobre todo, la bomba demográfica está siendo desactivada: Sólo el 45% de la población, tiene menos de 30 años mientras en Argelia o en Marruecos los que no llegan a esa edad suponen el 70%.
Para Europa, Túnez también es un modelo. La apertura de su economía le ha permitido rubricar en abril el primer acuerdo de asociación de la Unión Europea con un país de la ribera sur del Mediterráneo; el jefe del Gobierno español, Felipe González, firmó el mes pasado con Ben Ali un tratado de amistad y cooperación, y varias capitales de, la UE le consideran de antemano como uno de los principales destinatarios de los fondos que la Conferencia Euromediterránea de Barcelona pondrá a disposición de los Estados de la orilla meridional del Mare Nostrum.La zanahoria del consumo que vislumbran, o incluso empiezan a disfrutar, muchos tunecinos no basta para que su presidente, que en su día dirigió. la seguridad militar, se convenza de que su régimen está consolidado. Para acabar de asentarlo recurre cada vez más a la represión, que abarca ahora hasta los más moderados.
Ben Alí se hizo con las riendas, tras destituir Al padre de la nación, Habib Burguiba, hace ocho años, y, prometió entablar el diálogo con la toda la oposición al tiempo que ponía en libertad a lo! presos políticos. Los integristas del Movimiento de Tendencia Islámica salieron de la cárcel y aceptaron jugar a la democracia restringida que les proponía el presidente, borrando de su nombre cualquier referencia a la religión -se llamaron Ennahda (Renacimiento)- y presentándose a las elecciones legislativas de abril de 1989 como independientes.
A pesar de estas trabas, los integristas cosecharon el 13% de los sufragios a nivel nacional y el 30% en la capital, pero su jefe, Rached Ghanuchi, protestó por las irregularidades del escrutinio y se exilió, acusando a Ben Alí de querer perpetuar el sistema de partido único. La evolución de Argelia, donde los islamistas estaban entonces en pleno auge, incitó al régimen tunecino a recortar aún más la influencia de sus adversarios religiosos.
El pretexto fue, en febrero de 1991, el incendio, por un comando que el Ministerio del Interior vinculó con Ennahda, de una sede del Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD), el partido de Ben Alí, en el que murieron dos vigilantes nocturnos. En las redadas posteriores fueron detenidos más de trescientos islamistas, de los que 46 fueron condenados a, cadena perpetua.La oposición, laica, formada por el Movimiento de los Demócratas Socialistas (MDS), los ex comunistas de Ettajid (Renovación), y los nacionalistas árabes llamados unionistas, cerró filas con el régimen mientras éste asestaba golpes a unos islamistas moderados si se les compara con sus correligionarios norteafricanos.Su apoyo a Ben Alí no le sirvió, sin embargo, a la oposición legal para ampliar su 1 margen de actuación. Al contrario, las legislativas de marzo de 1994 fueron manipulladas hasta otorgar el 88% de los escaños al RCD;_Ben Alí fue el único candidato autorizado a presentarse a las presidenciales del año pasado, que ganó con el 99,91% de los sufragios, y en las municipales de mayo su partido obtuvo el 99,8% de las concejalías. Dos semanas antes de que González visitase Túnez, el 25 de octubre, el líder socialdemócrata Mohamed Moada fue detenido y acusado de connivencia con Libia el mismo día en que había hecho pública una carta remitida a Ben Alí, en la que denunciaba la reinstauración de un "partido único, hegemónico y dominante", convirtiendo así a Túnez en un país en el que la "democracia pluralista es un mero decorado" que oculta "la corrupción, el favoritismo, la especulación (...)".
González quiso recibir en su hotel, durante su estancia, a, una representación de la pequeña oposición parlamentaria, pero las presiones del régimen fueron tales que al final sólo charló con los diputados unos minutos, de pie y durante un cóctel que ofreció a la colonia, española radicada en Túnez. A Jemais Chamari, número dos del MDS, el presidente español le reveló que. Ben Alí le había dado a entender que indultaría a Moada cuando concluyese el procedimiento judicial. Dentro de unos meses se sabrá si el jefe dé Estado tunecino cumple su promesa. Por lo pronto, 72 horas después de la marcha de su huésped español, dio una nueva vuelta de tuerca más a sus adversarios. El 29 de octubre la policía tunecina retiró, en el aeropuerto, sus pasaportes a Chamari y a su mujer, Alya Chérif, que se disponían, a viajar a Malta. Chérif es la abogada de Moada y la presidenta de la Asociación de Solidaridad de las Mujeres del Magreb y de Europa. El diputado perdió su inmunidad parlamentaria el 14 de noviembre y ahora podrá ser inculpado, junto con su jefe político, por alta traición. La letrada está siendo investigada por la justicia por divulgación del secreto . del sumario incoado contra su cliente. Tanto en el Ministerio de Exteriores español como en la, Presidencia del Gobierno, buen a parte de los altos funcionarios que organizaron el viaje, de González se arrepienten ahora de haberlo hecho. "Ben Alí nos ha tomado el pelo", comenta uno de ellos."La impunidad" de la que gozan las fuerzas de seguridad "favorece el endurecimiento de la represión", denunciaba el 2 de este mes Amnistía Internacional. en un informe sobre Túnez."Tortura y malos tratos son sistemáticos, sobre todo desde 1990", proseguía, antes de seña lar que también se practican detenciones arbitrarias, encarcelamientos, acoso bajo diversas formas para castigar, intimidar o silenciar a opositores (...), defensores de los derechos humanos y periodistas".
En total, estima que hay en Túnez unos 2.000 presos de concencia, cuatro veces más que en Cuba. Algunos de ellos han muerto en la cárcel, víctimas de las palizas, como Mohamed el Jabalí, responsable en la clandestinidad de la propaganda de Ennahda, cuyo cadáver fue entregado a su familia enjulio. Para Ben Alí, Amnistía y las demás organizaciones de derechos humanos son "suministradores de mentiras", según afirmó el martes en el discurso que pronuncio con motivo del octavo aniversario de su acceso al poder.La benevolencia occidental, especialmenlte la de Francia, con el régimen tunecino se explica en buena medida porque en muchas capitales europeas existe el con vencimiento de que el camino elegido por Ben Alí evita el contagio del virus islamista que padece Argelia.Los diplomáticos europeos acreditados en, la capital tunecina no creen, sin embargo, que el fuego integrista prenda en Túnez mientras perdure la actual bonanza económica.
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