La Comisión recomienda a España aumentar el rigor presupuestarlo para lograr la moneda única

España no está hoy por hoy entre los países que cumplirán en 1997 los criterios de convergencia de Maastricht para acceder a la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria (UEM), es decir, la moneda única europea. Pero el objetivo está al alcance de la mano, según los augurios de la Comisión Europea plasmados en el informe de otoño sobre la economía europea. En ese sentido, la Comisión Europea dio ayer un, enorme respaldo a la política económica seguida por el Gobierno español al situar a España entre las candidatas a la moneda única.

Bruselas ha constatado que progresa la convergencia de los Quince aunque la economía crece menos de lo esperado. El factor clave de Maastricht, lograr un déficit público no superior al 3% del PIB, sólo lo cumplirán cuatro países a final de año (Dinamarca, Alemania, Irlanda y Luxemburgo), pero Holanda estará ya entonces a las puertas (3,1%) y a final de 1997 se añadirán a esta lista de privilegiados otros tres países: Francia, Finlandia y el Reino Unido.Bruselas asegura que, a poco que aumente el rigor presupuestario, España puede reducir su déficit público -el más importante de los criterios de convergencia- al 3% comprometido en Maastricht.

El comisario de Finanzas, Yves-Thibault de Silguy, tuvo también palabras de elogio a la política de empleo al señalar que España "es uno de los países con mejores perspectivas de creación de empleo en Europa".

El comisario francés aseguró que el optimismo sobre Francia, país al que pronostica un déficit del 2,9% para 1997, se debe a que en estas previsiones ya se incluyen los efectos que tendrá sobre las cuentas públicas el drástico plan de ajuste de la Seguridad Social anunciado por el primer ministro Alain Juppé hace muy pocos días.

¿Cómo ha podido incluir con tanta rapidez la Comisión un plan tan reciente? "Les diré un secreto", contestó un apurado De Silguy, "los servicios de la Comisión estaban en estrecho contacto con el Gobierno francés para tener información confidencial y poderla incluir en nuestro escenario". La presencia de Francia en la moneda única se considera esencial para que el proceso de unión monetaria tenga sentido.

Pero Bruselas abre las puertas también a Bélgica, España y Suecia, que a su juicio pueden cumplir si realizan esfuerzos suplementarios. La Comisión es menos optimista para otros cuatro países (Italia, Austria, Portugal y Grecia), que quedarían fuera de la moneda única o al menos no cumplirían el esencial requisito de sanear sus finanzas públicas para poder acceder.

Mayor convergencia

En su informe económico de otoño, presentado ayer por el comisario De Silguy, la Comisión constata un progreso en el proceso de convergencia de las economías europeas. Los déficit públicos alcanzarán el 4,7% del PIB a final de este año, el 3,8% en 1996 y el 3,1% en 1997. La deuda pública seguirá el repunte (68,1% en 1994 y 71% y 71,6% en los dos años siguientes) para iniciar la curva de descenso en 1997 (71,3%). La inflación media actual es del 3% (la referencia actual para Maastricht) y los tipos de interés a largo plazo están en el 8,1% (10,4% para la moneda única).Estos buenos datos para la convergencia no ocultan que el crecimiento económico de la Unión se está moderando. La previsión para final de año se sitúa ahora en el 2,7% (el 3% para España) en lugar del 3,1%. previsto la pasada primavera, debido principalmente a las fluctuaciones del dólar y "a la falta de credibilidad de la consolidación presupuestaria en algunos países". La previsión para 1996 es del 2,6% (el 2,9% para España) y el escenario proyectado para 1997 si se mantienen las actuales políticas económicas se sitúa en el 2,9%. [El ministro de Economía, Pedro Solbes, rechazó ayer en Alicante estas previsiones de crecimiento económico para España "porque no se ajustan a la realidad"].

Bruselas es optimista a pesar de esta moderación en los pronósticos inmediatos y considera que "los factores favorables siguen haciendo pensar en un crecimiento sostenido: el auge del comercio y de la inversión, la moderación de la inflación y de los salarios y la reducción de tipos de interés".

Flexibilidad laboral

El empleo disminuye de forma gradual aunque "insuficiente". Entre 1995 y 1997 se crearán 4,1 millones de empleos, lo que permitirá reducir el paro registrado en 2,2 millones de personas y llevar la tasa de desempleo del 11,4% actual al 9,5%. De Silguy elogió el comportamiento del paro en España: "El paro español ha vivido una buena reducción debido a que hay un mercado más flexible y a la moderación salarial; se ha vuelto a crear empleo neto desde mediados de 1994 y es uno de los países con mejores perspectivas de creación de empleo en Europa".Por su parte, el Instituto Monetario Europeo (IME) considera "insuficientes" los progresos comunitarios hacia la convergencia exigida por la UEM y pide a los países de la Unión, Europea que mejoren "significativamente" su actuación en esta dirección.