Una Cámara alta bajita
250 niños debaten en un pleno extraordinario del Senado sobre los principales problemas de la infancia
Juan José Laborda, presidente del Senado, traspasó ayer la batuta de la Cámara Alta a Estefanía Matesanz, de 15 años. Tan particular cesión se debía a la celebración de un pleno muy extraordinario sobre los derechos de los niños y niñas. 250 menores se sentaron en los butacones granates del Senado para debatir sobre los problemas de la infancia. Varias decenas subieron. al estrado para ir desgranando su particular traducción de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños y Ninas, ratificada por España en 1990. Era una forma solemne de celebrar ayer el Día Universal de la Infancia.Al término de la sesión plenaria, Estefanía Matesanz declaró cuáles son, según ella, los principales problemas que atenazan a los menores. en España y en el mundo: "En. España, la falta de libertad de expresión en lugares como el colegio". "En el mundo, que en muchos países no se respetan los derechos humanos, el hambre, la discriminación racial y la pena de muerte con que se castiga a muchos menores por cometer delitos en algunos países árabes".
Traducción del convenio
El centenar de niños de la asociación ADIN, integrada en la organización no gubernamental DNI (Defensa Internacional de Niños y Niñas) con sede en Ginebra, ha dedicado dos años para traducir el lenguaje diplomático de la ONU de los 41 artículos de la convención a otro más directo y sencillo. Por ejemplo, donde dice: "Los Estados Partes se comprometen a respetar y velar por que se respeten las normas del derecho internacional humanitario que son aplicables a ellos en los conflictos armados que sean pertinentes para el niño y la niña. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles, para asegurar que las personas que aún no hayan cumplido los 15 años de edad no participen, directamente en las hostilidades"; la versión infantil resume: "Los niños y las niñas no deben participar en las guerras".
Natalia Martínez se dirigió a sus señorías infantiles para leer la versión del artículo 31, algo en lo que fácilmente se pusieron de acuerdo todos los senadores. "Todos los niños y - niñas tiene derecho a descansar, a poder jugar a los juegos de su edad y a participar en la cultura". La lectura de estos derechos arrancó una fuerte y unánime ovación.
Juan Francisco leyó, lo que le parecía obvio: "Los países harán todo lo posible para que los niños y niñas no sean secuestrados ni vendidos".
En la recta final del debate, y entre un enorme alboroto de aplausos a destiempo, hablaron los adultos Joaquín Ruiz-Giménez, presidente del comité español de Unicef; y el Defensor del Pueblo, Fernando Álvarez de Miranda. Ambos pusieron sus organismos a disposición de los niños y niñas para hacer frente a sus problemas.
También intervino la ministra, de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, que no se despegó en ningún momento de su discurso polítíco: "Que sepáis que el Gobierno tiene una prioridad política para trabajar por el bienestar de los niños y niñas". Aplausos. "Ese compromiso del Gobierno con vosotros se refleja en la Ley de Protección del Menor, que vendrá en unos días a esta Cámara". Aplausos., "Está ministra está a vuestra disposición". Aplausos. La ministra expresó su confianza en que la norma sal ga adelante en esta legislatura. Poco antes, Alberdi había inaugurado, un seminario sobre Familia y protección a la Infancia en la UE, donde abogó por un espacio jurídico común de los Quince en esta materia.
Para terminar,. Laborda retornó la batuta- del Senado Y dijo: "Todos vosotros sois unos privilegiados por vivir en un país como el nuestro, porque, la mayoría, de esos derechos que habéis leído se cumplen en España; sólo falta perfeccionarlos. Pero hay muchísimos niños que no tienen ni la mitad, y a veces ninguno". Y reclamó solidaridad real con los países con dificultades, no sólo apostando por el 0,7% del PIB para el Tercer Mundo, sino "comprando los tomates, el pescado, los cereales que ellos producen".
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Infancia, se dieron a conocer datos de diverso tipo. Por ejemplo: el teléfono de atención a menores que puso en marcha la Fundación ANAR, ha recibido en su primer año de funcionamiento 22.709 llamadas. La edad media de los niños que llaman es de 13 años; de cada diez comunicaciones, siete son realizadas por, chicas.
Un estudio realizado por el profesor Félix López por encargo de la Dirección General de Protección Jurídica al Menor revela que un 19%, de1a población adulta española confiesa que sufrió abusos sexuales en su infancia. Otros estudios manejados por la Federación para la Prevención del Maltrato a la Infancia señalan que en Cataluña sufren malos tratos cinco de cada mil menores; tasa que en Andalucía se eleva a 15 de cada mil.
Uno de los niños-senadores lo expuso ayer con contundencia y claridad: "Si nos callamos, nunca nos van a oír".
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