Una sencilla lápida
Jacques Chirac acudió ayer, muy temprano, a rendir el homenaje anual ante la tumba del general Charles de Gaulle. El año pasado peregrinó casi solo, eclipsado por el entonces poderosísimo Édouard Balladur, considerado casi como sucesor virtual de Mitterrand. Para el 25º aniversario, Chirac y su esposa se permitieron pasar la noche en el viejo caserío de De Gaulle en Colombey-deux-Églises antes de depositar las flores ante la sencilla lápida y la enorme cruz de Lorena del cementerio local. Allí se encontró con la familia del general y con los fieles de todos los años. Por la tarde hubo otra ceremonia en París en la explanada de los Inválidos.
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