1.600 toneladas de residuos altamente radiactivos, a la espera de un 'cementerio'
Los ayuntamientos rechazan albergar una basura que entrañará riesgos miles de años
En el año 2000, según la OCDE, habrá unas 220.000 toneladas de residuos de alta radiactividad en 25 países. Aunque hay consenso general para depositarlos bajo tierra, en formaciones geológicas de gran estabilidad ningún país tiene aún su cementerio. España y la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) no se libran de una polémica que es mundial. La publicación, la semanapasada, de una lista de posibles candidatos por parte de la organización ecologista Aedenat ha puesto nerviosos a muchos municipios. En España ya hay 1.600 toneladas de estos desechos.
El cementerio será una muy especializada obra de ingeniería que requerirá una multimillonaria inversión. Según el último Plan de Residuos Radiactivos, presentado el pasado enero, los costes de gestión de esta basura atómica ascenderán a 1,23 billones de pesetas en los próximos 55 años. Para asumir cantidad tan considerable, Enresa recauda cada año más de 22.000 millones de pesetas, mediante un recargo del 1,1% de la factura eléctrica de todos los españoles.Los contrarios a la energía nuclear tienen en los residuos radiactivos que producen las centrales uno de sus principales argumentos para sus campañas. Se trata de afrontar los desechos de las más de 400 centrales existentes en el mundo. Por ello, buscar un vertedero para esta basura formada por el combustible gastado de uranio que hace funcionar los reactores nucleares y cuya carga radiactiva mantiene su peligrosidad durante miles de años- es empresa harto complicada.
Alemania y Estados Unidos son los países que más avanzada tienen la instalación: "Ya han decidido dónde" explica Valentín Gonzáléz, adjunto a la presidencia de Enresa. En Alemania se ha elegido la mina salina de Gorleben (Sajonia). En Estados Unidos, una ley federal ha decidido que se instale en las tobas volcánicas de Yucca Mountain, en el Estado de Nevada, una región árida con escasa Vegetación y muy, pocos habitantes. Pero el Gobernador de este Estado se niega en redondo.
En Estados Unidos, por cierto, se produjo el curioso fenómeno de que hubo voluntarios para acoger el cementerio: las tribus indias de los goshutas y los mescaleros, que veían con buenos ojos las compensaciones económicas a cambio de acoger en su territorio tan ingratos forasteros.
Oposición frontal
Pero lo habitual es que haya una oposición de plano. Eso es lo que sucede en España. Aquí, como recientemente recordó el ministro de Industria y Energía, Juan Manuel Eguiagaray, ni siquiera fue posible encontrar un ayuntamiento que accediera a acoger un almacén para los pararrayos radiactivos -casi infinitamente menos peligrosos que los residuos de alta radiactividad- que Enresa está desmantelando de los tejados españoles. Al final, se decidió enviarlos al Reino Unido. Pero con la basura atómica no se podrá hacer eso.
La publicación de áreas favorables para enterrar los residuos radiactivos que ha hecho Aedenat (ver mapa) ha levantado ampollas entre los alcaldes. Valentín González rechaza esa lista:
"Es una relación muy sui generis, que lo único que hace es poner injustificadarnente nerviosos a un montón de pueblos. Los Pedroches, por ejemplo, están levantados en armas. Y además forman coordinadoras anticementerio sin ni siquiera llamarnos para contrastar la información. Con estás cosas yo comprendo que a los políticos se les exigen respuestas inmediatas.
Me parece que los alcaldes caen rehenes de los ecologistas".
González insiste que lo único que está haciendo Enresa es investigar la geología española para seleccionar los territorios técnicamente favorables para una instalación que ha de mantener su seguridad miles y miles de años. Destaca que son áreas muy amplias sobre las que están trabajando, en 13 comunidades autónomas -Baleares y Canarías están descartadas- y que hacer la lista con referencia a municipios tiene aviesas intenciones.
Lo cierto, en cualquier caso, es que el mapa con las áreas geológicas que Enresa está considerando no difiere mucho de lo publicado por Aedenat.,
En tomo al año 2000, Enresa, propondrá una serie de lugares aptos para el almacén; pero el lugar definitivo saldrá del consenso social, de la negociación y del acuerdo del Ejecutivo y el Parlamento. "Nunca de Enresa", explica Valentín González.
En España, como la mayoría de los países europeos, se plantea el empujón definitivo para esta instalación -una de las herencias más comprometidas y duraderas que se dejará a las generaciones futuras- en la primera década del próximo milenio, para tenerla lista en torno al año 2020.
Enresa es partidaria de avanzar en la línea de Francia, Suecia y Canadá, donde los pasos de investigación se van dando mediante ley y acuerdos con municipios voluntarios. En Francia, y en Finlandia ya están trabajando en tres emplazamientos concretos.
Mientras tanto, las 1.600 toneladas de residuos de alta radiactividad que ya han producido las nueve centrales nucleares españolas siguen almacenándose en las propias centrales, en las piscinas con agua debidamente tratada que sirve de barrera a la radiación algunas de las cuales se irán llenando de aquí hasta finales de siglo.
De ahí que se baraje también el almacenamiento en seco, en unos contenedores de patente estadounidense desarrollados por Enresa y que ahora está analizando el Consejo de Seguridad Nuclear, y que no se haya descartado el almacén temporal centralizado, al estilo del existente en Suecia.
Pero esta posibilidad ya ha puesto en alerta a la Asociación de Municipios Afectados por Centrales Nucleares (AMAC), que agrupa a 69 localidades que no quieren tener cerca un almacén así, por muy temporal que sea; o por lo menos, no sin cuantiosas contraprestadiones económicas.
Otros residuos
Otro tipo de residuos, menos peligrosos, sigue también presentando problemas no resueltos. Mañana y pasado se celebra en Sevilla la I Conferencia Internacional de Gestión de Residuos, bajo el lema Claves para la Eficiencia, informa Efe. La reunión será inaugurada por el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves.
Según un estudio de la Asociación Europea de Productores de Plástico, en España se general anualmente cerca de 13 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y unos 3,5 millones de toneladas de residuos industriales.
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