_
_
_
_
LA FIESTA DE LAS LETRAS Y DE LAS HUMANIDADES

Don Felipe destaca el valor de la tolerancia en la entrega, de los Príncipe de Asturias

El rey Hussein y Mario Soares simbolizaron la concordia en el teatro Campoamor

Oviedo volvió a ser ayer la capital de la cultura y de la concordia. La entrega anual de los Premios Príncipe de Asturias, bajo la presidencia del heredero de la Corona, don Felipe de Borbón, constituyó una nueva ceremonia de exaltación de valores humanísticos y una expresión de esperanza en un futuro en el que la solidaridad, la democracia, la ética y el respeto a las diferencias extienda sus dominios sobre las sombras del enfrentamiento. Don Felipe, citando a Voltaire, recordó que "la discordia es el peor de los males que aquejan al género humano, y ese mal sólo tiene un remedio: la tolerancia".

Más información
Quince años de u na fundación con resonancia internacional
Ejemplo a seguir

El rey Hussein de Jordania, premio Príncipe de Asturias de la Concordia, y el presidente de la República portuguesa, Mario Soares, galardonado con el premio de Cooperación Intemacional, concitaron ayer en el teatro Campoamor, de Oviedo, el reconocimiento a ese talante integrador y esperanzado del que los premios Príncipe de Asturias quieren ser expresión y testimonio. Hussein, "el rey de la paz" según un mensaje enviado ayer para la ocasión por el primer ministro israelí, Isaac Rabin, proclamó desde Oviedo su convicción de que "hacer hincapié en las enemistades del pasado es morar en la oscuridad"."Durante casi 50 años nuestro pueblo ha luchado y hecho sacrificios, pero ya es hora de construir un mundo nuevo donde todos los pueblos tengan la posibilidad de vivir una vida de dignidad y seguridad", afirmó Hussein, primer monarca que recibe este prestigiado galardón, y quien hizo una llamada a redoblar esfuerzos en aras de la convivencia internacional.

El presidente portugués, que se honró de ser "un republicano, pero por encima de todo demócrata" que se reencuentra "con la institución monárquica" que don Felipe representa, tuvo un recuerdo emotivo y cariñoso para la figura de don Juan de Borbón, abuelo del príncipe, y exiliado durante décadas en Portugal, y para los Reyes de España. Mario Soares expresó su convicción de que "la cooperación internacional se debe entender como un imperativo ético, sin el cual los gravísimos problemas que nos acechan en estos años finales del milenio no pueden tener solución satisfactoria". Pero el solemne y magno acontecimiento anual del teatro Campoamor, caracterizado por un emocionado reconocimiento del coraje, el esfuerzo y los merecimientos de los galardonados, volvió a ser también, en expresión de Plácido Arango, presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, "la fiesta de la cultura para premiar la voluntad, la generosidad y el talento" y "homenaje a la inteligencia".

En nombre de todos los gallardonados, Carlos Bousoño hizo suyo el talante de estos premios para enaltecer el espíritu internacionalista de la Fundación Príncipe de Asturias. Don Felipe, que dedicó palabras muy emotivas para cada uno de los premiados, hizo entrega personalmente de los galardones, dotados con cinco millones de pesetas, un diploma y la reproducción de una escultura de Joan Miró.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_