Los nuevos rojos
, "Somos los nuevos rojos. Nos tumbaron, pero no nos han derrotado", afirma Nikolái Kutorgin, miembro del comité provincial del PCFR en Omsk (el orgamismo dirigente local u obkm, en la jerga comunista). En Omsk, esta institución antaño poderosa y rica se aloja hoy como realquilada en un solo cuarto de un edificio público expropiado al PCUS.
El espacio, de unos 20 metros cuadrados, donde los directivos comunistas de la provincia tienen su despacho común es parte del. nuevo estilo comunista de resistencia, que además ha suprimido la jerarquización de los dirigentes en secretarios de distinto rango.
Unos armarios a modo de tabiques dividen la sede del obkom que Ziugánov visitó en Omsk. La decoran varios cuadros y escayolas de Lenin que, junto con colecciones, de sus obras completas, vinieron a parar aquí al ser arrinconados en los despachos oficiales. Cuidadosamente plegadas, se amontonan las banderas rojas y las pancartas con protestas por el impago de los salarlos que se sacan en los mítines.
Los nuevos rojos de Omsk, que en su mayoría son antiguos rojos, son 7.000. Algunos son realmente recién llegados, como Alexandr, un pequeño empresario de unos 40 años que dice estar agobiado por los impuestos, y Oleg, obrero especializado de la fábrica Varánov, que no cobra desde julio y que dice arrepentirse de haber votado a Borís Yeltsin.
El jefe del obkom es Alexandr Kravetz, el vicealcalde de Omsk y profesor de historia del PCUS.
Los nuevos rojos son más numerosos en los distritos de la ciudad donde están las fábricas de Defensa que en el de! la refinería de petróleo, cuyos obreros ganan mucho más y no votan comunista" afirma Kutorguín.
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