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Iberoamérica se opondrá al embargo a Cuba

ENVIADOS ESPECIALES La V Cumbre Iberoamericana se dispone a rechazar el embargo comercial al que EE UU somete a Cuba desde hace tres décadas, en un claro mensaje al Congreso norteamericano, que se inclina por reforzar esa sanción comercial contra el régimen de Fidel Castro. Cuba será el tema estrella de la reunión anual de los líderes de España, Portugal y de 19 países de América Latina, que carece de contenidos reales, aunque sus asistentes debatirán a partir de hoy sobre la educación como factor de desarrollo económico y social.

El embargo a Cuba "tiene que ser levantado", declaró el sábado por la noche el canciller argentino, Guido di Tella. "Pensamos que hace tiempo que ha perdido todo sentido, ya que no contribuye a la modernización de la isla", añadió. El documento de conclusiones de la cumbre plantea, según el canciller mexicano, Manuel Gurría, "la preocupación de todos los Estados respecto a cualquier medida que no sea congruente con la carta de la ONU, la Organización Mundial de Comercio y el derecho internacional".En sus reuniones de Salvador de Bahía (1993) y de Cartagena (1994) los mandatarios de España y Portugal y de 19 países de América Latina recomendaron la eliminación de medidas coercitivas que afecten al desarrollo del comercio internacional y perjudiquen las condiciones de vida de los pueblos. La alusión al "embargo" era evidente, pero la palabra no aparecía en el texto.

Aunque la paternidad del texto de conclusiones incumbe a, Argentina, la diplomacia española se ha esforzado en que se incluya una condena clara del embargo. Hace cinco días lo había ya logrado en la Unión Europea (UE), que preside hasta fin de año. En un comunicado hecho público el miércoles, los Quince critican el intento del Congreso de EE UU de endurecer la sanción impuesta a Cuba castigando a países que comercian con la isla.

A finales de septiembre, la Cámara de Representantes adoptó por una mayoría que rebasa los dos tercios el proyecto de ley Helms-Burton sobre el que el Senado se pronunciará esta semana. Si lo aprueba, el presidente Bill Clinton ha anunciado su intención de vetar esta iniciativa, que pretende obligar a países terceros a sancionar a La Habana con el mismo embargo que EE UU.

Con su denuncia del embargo, la UE y los iberoamericanos intentan disuadir al Congreso norteamericano de que endurezca el embargo, porque así sólo se acrecienta la rigidez del régimen castrista. La Administración Clinton, que el 6 de octubre anunció medidas tendentes a reducir el aislamiento de Cuba, no ve con malos ojos las condenas europeas o latinoamericanas porque cree que pueden hacer comprender al Congreso hasta qué punto actúa acontracorriente.

A su llegada ayer a la Ciudad de los Lagos y, la víspera , en Montevideo, Castro se mostró satisfecho porque "los análisis" que oía "están a tono con el consenso contra el bloqueo". El comandante no quiso hacerse ilusiones sobre un posible levantamiento de la sanción que padece. Comentó que Cuba "debe prepararse para que el bloqueo de EE UU continúe por un largo tiempo". Los castristas emplean la palabra "bloqueo", un término que el ministro español de Exteriores, Javier Solana, también utilizó ante las cámaras de TVE.

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La cumbre empieza hoy, pero ayer los asistentes celebraron una cena en la que el Rey pronunció unas palabras. "( ... )Todos estamos empeñados en hacer de nuestra Comunidad una realidad pujante y un escenario común de paz, de democracia y de respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales".

En la mesa había cuatro grandes ausentes: Los presidentes de Venezuela, Rafael Caldera; de Ecuador, Sixto Durán; de la República Dominicana, Joaquín Balaguer, y el primer ministro de Portugal en funciones, Aníbal Cavaco Silva.

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