El Gobierno francés prefiere evitar polémicas
El Gobierno francés prefirió evitar polémicas. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jacques Rummelhardt, hizo un ejercicio de funambulismo verbal para justificar la "sincera felicitación de Francia a los laureados con el Nobel de la Paz". "Francia desea el desarme", explicó Rummelhardt, "incluido el desarme nuclear, pero siempre con seguridad, porque sólo la seguridad permitirá el desarme".El portavoz del Quai d'Orsay insistió en que los ensayos subterráneos franceses en Polinesia eran necesarios para poder acceder a la tecnología del ensayo en laboratorio y suponían, por tanto, un paso hacia la firma en 1996 del tratado intemacional que debería prohibir todo tipo de explosiones nucleares. Desde su despacho de alcalde de Burdeos, el ministro de Exteriores, Alain Juppé, reiteró a su vez que la concesión del Nobel de la Paz no implicará "revisión alguna" de la política nuclear francesa.
En los escaños gaullistas de Jacques Chirac, donde la bomba atómica francesa se ve como un símbolo de independencia y soberanía, el premio escandinavo a Joseph Rotblat y a Pugwash fue encajado con menos deportividad. El diputado Pierre Lellouche, ex asesor de Chirac en asuntos militares, expresó su indignación ante los micrófonos de la emisora France Inter. "Estoy absolutamente escandalizado", dijo, "de que una organización [Pugwash] de la que se sabe que fue abiertamente manipulada por los soviéticos durante la guerra fría sea hoy recompensada de esta forma". "Es tradicional que el comité Nobel siga un poco las modas", agregó.
"Mensaje a Chirac"
La sección francesa de Greenpeace se mostró satisfecha. "Greenpeace se felicita por la muy extraordinaria decisión del comité noruego", dijo Pénélope Komités, directora de la organización ecologista en Francia. "Espero que el presidente Jacques Chirac sabrá escuchar el mensaje", añadió.
El Partido Socialista francés, cuyos dirigentes están básicamente de acuerdo con Chirac en la necesidad de efectuar pruebas nucleares, pero en desacuerdo sobre el momento elegido y la forma de anunciarlos, prefirió no emitir una reacción oficial a la concesión del Nobel.
En España, representantes de Greenpeace, Amigos de la Tierra, Centro de Investigaciones por la Paz y otras organizaciones ecologistas reaccionaron a la concesión del Nobel de la Paz a Rotblat y a Pugwash calificándolo de varapalo a la política nuclear del presidente francés.
Para el coordinador de las campañas antinucleares de Greenpeace, Carlos Bravo, el premio Rotblat tiene "un profundo significado" a favor de la paz en el 50º aniversario del lanzamiento de las primeras bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
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