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El alto el fuego en Bosnia es ya una realidad

Las últimas ofensivas de croatas y bosnios antes de la tregua provocan el éxodo de 40.000 refugiados serbios

El alto el fuego alcanzado en Bosnia entró finalmente en vigor al filo de la pasada medianoche. La buena nueva del acuerdo entre los beligerantes la dio, a las siete de la tarde en Sarajevo, el jefe civil de las Naciones Unidas en Bosnia, el embajador español Antonio Pedauyé. Sus declaraciones coincidían en el tiempo con un éxodo de civiles serbios de proporciones bíblicas -más de 40.000 personas huían del victorioso avance de los aliados bosnios y croatas- y la expulsión de musulmanes por los serbios en la región de Banja Luka. Pero los dirigentes de Sarajevo y de le ya habían dado la orden de suspender todas las operaciones militares a las 0.01 de hoy. La calma reinaba anoche en la capital bosnia.

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El compromiso para poner fin a las hostilidades durante dos meses y abrir la vía a negociaciones finales fue firmado por la mañana por un representante del Gobierno bosnio y, a las 15.30 horas, por un enviado del Gobierno de Pale, en el cuartel serbio de Lukavica, en Sarajevo. Ambos rubricaron el acuerdo en presencia de los máximos responsables de las Naciones Unidas en Bosnia.En la conferencia de prensa en la que se dio cuenta del armisticio -que debía haber comenzado el pasado lunes, pero al que el Gobierno de Sarajevo negó su conformidad en dos ocasiones-, Pedauyé dijo: "Hoy somos testigos de un paso significativo y quizá histórico hacia la paz en el conflicto de Bosnia-Herzegovina".

Los éxitos militares de las fuerzas bosnias, y en especial los avances de las últimas 48 horas, se tradujeron ayer en un gesto arrogante de Sarajevo, quizá el primero de esta magnitud después de tres años y medio de guerra. El ministro Hasan Muratovic comunicó a las Naciones Unidas que su Gobierno daba de plazo hasta las cuatro de la tarde para que los dirigentes serbobosnios comunicaran su aceptación del compromiso. El ultimátum fue transmitido a Pale por las Naciones Unidas. A las 15.30, Alexander Buha, que actúa como ministro de Exteriores de la futura Republika Srpska, comparecía en los cuarteles de Lukavica para estampar su firma en el esperado acuerdo.

El jefe de la misión civil de la ONU había comunicado en la calle, en español y a un grupo de periodistas que le esperaban ante su residencia de Sarajevo, la buena nueva hora y media antes de que se hiciera oficialmente pública. "Es un día muy importante para mí", dijo.

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El compromiso al que se han obligado los dirigentes bosnios y de los serbios de Bosnia, cumplidas las condiciones previas de restablecer el suministro de gas y electricidad a Sarajevo, es el que negociaron bajo intensa presión diplomática con el emisario estadounidense Richard Holbrooke. Sus puntos principales establecen el cese de las hostilidades en el país durante 60 días, así como de los movimientos de tropas, disparos de armas y la colocación de cualquier barrera adicional. Las fuerzas de la ONU en Bosnia deben tener, a partir de este momento, plena libertad de movimientos para vigilar el cumplimiento del compromiso y la congelación de los frentes.

Los dos jefes de Naciones Unidas en Bosnia, el embajador Pedauyé y el general británico Rupert Smith, se reunirán a me diodía de hoy en el aeropuerto de Sarajevo con los bandos beligerantes para perfilar los detalles de la puesta en práctica del cese de hostilidades. El alto el fuego, durante cuya vigencia musulmanes, croatas y serbios negociarán en Estados Unidos los últimos pasos hacia la paz, prevé también la apertura de dos rutas para el tráfico humanitario y civil entre la capital bosnia y el asediado enclave oriental de Gorazde. La agenda de Washington garantiza este mismo año la celebración de una conferencia de paz sobre la antigua Yugoslavia y el despliegue masivo de la OTAN en Bosnia para garantizar el mantenimiento de la paz.

Otra de las previsiones del cese de hostilidades establece un "trato humano para todos los civiles y prisioneros... y la obligación 'para los dos bandos' de permitir a todas las personas libertad de movimientos y, que los desplazados, el derecho a volver a sus hogares".

El telón de fondo de estos párrafos era ayer la huida de hasta 40.000 civiles serbobosnios de las ciudades noroccidentales de Mrkonjic Grad y Sanski Most, capturadas en las últimas horas por las tropas gubernamentales bosnias y sus aliados croatas. Alrededor de 30.000, según Cruz Roja Internacional, se dirigen hacia Prijedor, al oeste de Banja Luka, y el resto se encamina hacia esta última ciudad, la más importante del territorio serbio, ya abarrotada de refugiados.

La ONU había dado cuerpo por la mañana a la sospecha de que el Gobierno bosnio había demorado hasta anoche su aceptación del alto el fuego para aprovechar los éxitos de sus tropas en los frentes noroccidentales. El martes, y tras una tensa reunión en el aeropuerto de Sarajevo de más de cinco horas entre los beligerantes -presidida por la ONU y a la que asistieron los embajadores de Estados Unidos, Francia y Alemania-, el Gobierno bosnio rechazó iniciar el previsto armisticio, alegando un insuficiente restablecimiento de la electricidad en Sarajevo, que disfruta ya del gas natural ruso.

Los acontecimientos bélicos apoyan claramente esta interpretación, según el máximo portavoz militar de la ONU en Bosnia, el teniente coronel Chris Vernon. "La división territorial es ahora del 50%-50% y la línea de confrontación entre los bandos enemigos traza en este momento una frontera razonable ( ... ) La situación es ahora mejor que nunca para hacer la paz", aseguraba el portavoz.

Autoridades locales serbobosnias y de la Cruz Roja Internacional coincidían ayer en señalar la pérdida por los serbios de dos de sus ciudades clave a manos de las fuerzas gubernamentales bosnias y sus aliados croatas. Sanski Most está 60 kilómetros al oeste de Banja Luka y la radio oficial bosnia aireaba por la tarde su "liberación", junto con la captura por los soldados bosniocroatas, tras un implacable asedio artillero, de Mkronkic Grad, al sur de Banja Luka. Estos avances bosnios estrechan peligrosamente el cerco de esta ciudad, la verdadera capital de los radicales serbios de Bosnia. Radio Sarajevo aseguraba también que tropas de su I Cuerpo de Ejército han conseguido ocupar Trnovo, al sur de la capital, acercando en 10 kilómetros la distancia hasta el sitiado enclave oriental de Gorazde.

La ausencia de comentarios oficiales del cuartel general serbio sobre el retroceso de sus tropas en algunos frentes noroccidentales sugiere a expertos de las Naciones Unidas que en las últimas 48 horas se ha producido una desbandada en toda regla de las tropas del general Ratko MIadic. Éste arrestó hace dos semanas a dos de sus más altos generales, acusándoles de incapacidad para defender la integridad territorial serbobosnia.

El lado más, sórdido de la guerra en Bosnia - las expulsiones de civiles de sus casas a punta de pistola para homogeneizar étnicamente territorios-también se ha ido acomodando a este cuadro del todo preparado para el alto el fuego.

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