Los croatas cruzan la frontera para reforzar a las tropas bosnias en vísperas del alto el fuego

A cuatro días del alto el fuego, los beligerantes en Bosnia ignoran los, llamamientos de la ONU y combaten encarnizadamente en la localidad de KIjuc (60 kilómetros al suroeste de Banja Luka), que las tropas serbias intentan arrebatar a la alianza de musulmanes y croatas. Las Naciones Unidas daban cuenta desde Zagreb de que cientos de soldados croatas han cruzado la frontera en dirección a Bihac para reforzar a las exhaustas fuerzas del V Cuerpo de Ejército bosnio, e impedir su colapso en vísperas del cese de hostilidades.

El líder serbobosnio Radovan Karadzic -que ha calificado de "gran paso hacia una conferencia de paz" el acuerdo para detener la lucha- dijo ayer que no aceptará como base para futuras discusiones sobre reparto de territorio las conquistas hechas por sus enemigos durante el último mes. Momcilo Krajisnik, presidente del parlamento de los serbios, añadió que lucharán hasta el último momento antes, del alto el fuego.Pero la inmediata paz en Bosnia depende de la electricidad. Éste es, simplificado, el mensaje que las Naciones Unidas transmitieron ayer al explicar que el restablecimiento en Sarajevo del suministro eléctrico antes de la medianoche del próximo lunes es más que problemático. El mediador estadounidense Richard Holbrooke, que el jueves consiguió finalmente el compromiso de todos los bandos enfrentados en Bosnia para iniciar el 10 de octubre un alto el fuego de dos meses vinculado a que haya luz y gas en la capital bosnia, ha apelado a los beligerantes para que respeten las condiciones acordadas. Holbrooke pidió también a la ONU, encargada sobre el terreno de lidiar con los complejos aspectos prácticos del armisticio, su inmediata aplicación. Entre los habitantes de Sarajevo, lanzados en masa a la calle en un día casi veraniego, pero inmunizados contra las promesas por 42 meses de asedio, prevalece un sentimiento: "Esperar y ver".

El embajador estadounidense William Eagleton, coordinador dé la ONU para la reconstrucción de Sarajevo, explicó ayer hasta qué punto técnica y política se enredan en los requisitos previos a este armisticio de dos meses a que todas las partes se han comprometido. desde la medianoche del próximo lunes.

Eagleton dijo ayer que el gas natural ruso no impedirá el armisticio. Circula ya por Hungría rumbo a Serbia y Bosnia y alcanzará la capital el lunes. La electricidad es lo más peliagudo. De las dos líneas que abastecen Sarajevo, sólo está en condiciones inmediatas de funcionamiento, previo consentimiento, la, que procede de territorio serbio, al este de la ciudad. En la segunda, que llega del occidente bosnio, el tendido está interrumpido y minado en Kiseljak, localidad controlada por las fuerzas bosniocroatas.

Mientras tanto, la apisonadora diplomática se ha trasladado a Roma, donde una cumbre de 12 países convocada por las grandes potencias -con participación de Bosnia, Croacia y Serbia- estudió ayer el borrador de reconstrucción, del país balcánico, cuya factura inicial se estima en medio billón de pesetas.

Las negociaciones de paz entre las partes no comenzarán el 25 de octubre, como se había anunciado en un principio, sino como muy pronto el 30 o el 31 de este mes. El aplazamiento se debe a una petición del presidente croata, Franjo Tudjman, porque Croacia celebra elecciones el día 25.

"Creo que, sobre todo tras los últimos combates, las cifras deberían ser 50% y 50%", declaró ayer Richard Ho1brooke, refiriéndose al reparto del territorio que bosnios, serbios y croatas tomarán como base de un proceso de paz que, según el mediador norteamericano, "será muy dificil", informa desde Roma Peru Egurbide. "La paz no es inminente ni está a dos pasos. El acuerdo de alto el fuego es sólo un inicio, muy importante porque se alcanza a nivel de jefe de Estado", añadió.

Reconstrucción

El mediador estadounidense hizo estas declaraciones al término de una reunión de delegados de las tres antiguas repúblicas yugoslavas implicadas en el conflicto, de los países del Grupo de Contacto (Rusia, Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido), de España (como presidente en ejercicio de la Unión Europea) y de Canadá y Japón. El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, asistió a la cena inaugural del encuentro en la noche del jueves, pero no a la sesión de trabajo.

Holbrooke precisó que el acuerdo de alto el fuego se basa "en el mismo plan de junio de 1994", que prevé el 51 % del territorio para los serbios y un 49% para la federación croato-musulmana.