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La capa de ozono ártica será vigilada con un avión espía ruso

Los científicos europeos utilizarán un antiguo avión espía ruso para investigar las causas del deterioro de la capa de ozono sobre el Ártico. La observación cubrirá la parte septentrional de Siberia y de los Urales y se integrará en el experimento Airborne Polar, de la Fundación Europea para la Ciencia (ESF). El objetivo es hacer el seguimiento de las nubes estratosféricas a gran altura. Los detalles de la operaciór se están concretando en una reunión en Estocolmo.El avión es un M 55 Geophysica capaz de volar durante cinco o seis horas a más de 20 kilómetros de altura con temperaturas exteriores de 80 grados centígrados bajo cero. Este aparato tiene el record de altura de vuelo (con 21,35 kilómetros) y se diseño para realizar misiones espía y operaciones de reconocimiento militar.

La antigua Unión Soviética construyó seis de estos aparatos y cinco están todavía en funcionamiento, uno de los cuales ha sido adaptado para realizar misiones científicas. A diferencia del estadounidense U 2, el avión espía ruso lleva dos motores y es capaz de volar en condiciones meteorológicas extremas, informa ESF. Para el experimento de ozono, llevará a bordo 1.500 kios de instrumentos y se utilizará esde 1996 a 1998 para sobrevolar, durante el invierno, el hemisferio norte.

Predicciones

El italiano Leopoldo Stefanutti, líder del experimento, ha explicado que, combinando las mediciones estratosféricas obtenidas con el M 55 y los datos de los modelos de química y dinámica, los científicos podrán explicar mucho mejor que hasta ahora lo mecanismos espaciales y temporales de las nubes estratosféricas y su relación con los procesos de deterioro de la capa de ozono Asimismo podrán predecir con mayor exactitud la evolución de dicha capa.A una altura comprendida entre los 15 y los 25 kilómetros sobre las regiones polares, la nubes estratosféricas actúan como catalizadores en el proceso de deterioro del ozono al convertir los compuestos inorgánicos de cloro en formas reactivas prolongado el tiempo de actividad de los compuestos clorados que destruyen el ozono. Los científicos desconocen la composición química y microfísica exacta de estas nubes y el alcance del daño que están haciendo, explica la ESF.

El M 55 llevará también instrumentos para medir partículas en aerosoles; y el programa de investigación pretende hacer primer el inventario detallado de

las mismas así como de los compuestos químicos presentes a gran altura sobre el Ártico.

En el experimento Airborne Polar, que durará cinco años participan científicos de Rusia, Italia, Noruega, Suiza, Alemania, Reino Unido y Suecia. Está financiado por varias instituciones europeas y la ESF aporta millones de ecus (unos 1.600 millones de pesetas).

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