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PRESUPUESTOS DEL ESTADO PARA 1996.

Solbes: "Sería un error político y económico devolver los Presupuestos al Gobierno"

El Congreso también puede rechazar el decreto-ley de prórroga, advierte el ministro

Los Presupuestos Generales del Estado para 1996 ya están en el Congreso. Ayer los entregó el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, consciente de su incierto futuro. Que no se aprueben y sean devueltos al Gobierno "sería un error político y económico", afirmó Solbes. Lo argumentó desde el punto de vista de que son los Presupuestos que el país necesita, sea cual sea la situación política". El cumplimiento del Programa de Convergencia, la reducción del déficit público, el mantenimiento del gasto social y el apoyo a la economía productiva son objetivos que los grupos políticos deberían compartir, insistió.El ministro dijo que no hay conversaciones en estos momentos para recuperar el apoyo de CiU pero dio un nuevo argumento que puede interpretarse como un guiño o una advertencia al PP. "Las elecciones generales no serán antes de marzo de 1996 y el Gobierno que salga no estará en condiciones de aprobar un nuevo presupuesto para este año", dijo Solbes. Para el mes de junio o julio, añadió, "tendremos que estar ya debatiendo el Presupuesto de 1997". Solbes está convencido de que, con este calendario, no apoyar sus Presupuestos sería una irresponsabilidad que pasará factura. "Nuestros socios de la Unión Europea y los mercados financieros no aceptarían que España no esté en la primera velocidad de la unión monetaria", afirmó.

Si sus argumentos caen en saco roto y el Congreso devuelve los Presupuestos al Gobierno en la votación de las enmiendas a la totalidad a finales de octubre, "mi obligación es analizar la alternativa de una prórroga pura y simple", dijo Solbes. Vino a decir que si el Gobierno no cuenta con mayoría suficiente para aprobar los Presupuestos, tampoco puede garantizar que se apruebe el decreto ley con medidas complementarias. Dicho de otra forma, sería contradictorio que las grandes cuentas se rechacen y sin embargo se aprueben aspectos como la subida de las pensiones y de los sueldos de los funcionarios o la actualización de la tarifa del impuesto sobre la renta, en opinión del ministro.

La prórroga "pura y simple" supondría que las cuentas de 1995 se aplican automáticamente para 1996. Habría entonces un acuerdo del Consejo de Ministros -que no necesita pasar por Las Cortes- para introducir recortes que permitan afrontar gastos que necesariamente crecen, como los intereses de la deuda pública. "Es la solución que menos me gusta porque genera muchos problemas", advirtió Solbes.

La cesión del 15% del IRPF para las comunidades autónomas durante 1996 también queda en el alero ya que el Gobierno no la ha introducido ni en el proyecto de Ley de Presupuestos ni en la Ley de Acompañamiento. El Consejo de Política Fiscal y Financiera ha sido convocado para el próximo 3 de octubre pero, sea cual sea su decisión al respecto, se necesita un soporte legal, lo que se toparía con los mismos problemas que los Presupuestos, explicó.

El marco de incertidumbre política en que se aprueban estos Presupuestos ha condicionado también que sean, en lo fundamental, un ejercicio de calculadora. Hay un severo un recorte del gasto público, que crece por primera vez menos que la inflación prevista, pero no se atajan problemas estructurales como el de los gastos fiscales o las pensiones. Al respecto, el ministro reconoció que "me hubiera gustado ir más lejos", pero "no estoy frustrado ni absolutamente feliz; eso sucede siempre".

Las únicas reformas estructurales previstas son la eliminación de cinco organismos autónomos en el primer trimestre del año que viene y la fusión entre el FORPPA y el Senpa. Respecto de la financiación de la Sanidad se establece una aportación directa del Estado de 100.000 millones de pesetas que no saldrán de las cuotas sociales, en línea con una de las propuestas del Pacto de Toledo.

Los presupuestos entregados ayer al Congreso contemplan un crecimiento de los ingresos del 8,8% sobre la liquidación, por encima del crecimiento nominal de la economía (7,3%). Este incremento es en relación a la previsión de cierre de este ejercicio que se saldará con unos ingresos inferiores en 70.000 millones a lo presupuestado. Al respecto, Solbes no descartó un nuevo recorte del gasto para 1995 si la desviación es mayor. Los gastos para 1996 crecen un 3,3%, es decir, por debajo de la economía (3,4%) y menos que la inflación prevista (3,5%). Los gastos consolidados del Estado, organismos autónomos, entes públicos y Seguridad Social aumentan, sin embargo, un 7,3% y alcanzan los 26,18 billones. El déficit del Estado se sitúa en 2,56 billones, el 3,4% del PIB.

En cuanto al cuadro macroeconómico, Solbes reiteró que la inflación "como objetivo y como previsión" será el año que viene del 3,5% y pidió que los salarios no crezcan por encima. El ministro espera un descenso de los tipos de interés en los próximos meses y dijo que una causa de la debilidad del consumo "en otros países" es la temporalidad en el empleo.

CiU reitera su rechazo

El que fuera hasta hace poco el grupo aliado del PSOE en el Parlamento, Convergència i Unió, aseguró ayer que su decisión de devolver los presupuestos es "inamovible". El portavoz del grupo catalán en la Comisión de Economía del Congreso, Francesc Homs, no quiso siquiera valorar el contenido de unos presupuestos que, dijo, "nacen hipotecados". Al igual que CiU, casi ningún partido de la oposición emitió un juicio sobre el proyecto presentado ayer, que consideran "muerto" por no contar, hoy por hoy, con el apoyo parlamentario suficiente para su aprobación. Una perspectiva que no parece desanimar al PSOE. Su portavoz de Economía en el Congreso, Juan Pedro Hernández Moltó, insistió en que son Ios presupuestos que económica y financieramente necesita el país y aunque pueda haber dificultades de tipo parlamentario", admitió, "nuestro trabajo va a ser convencer".El Partido Popular reiteró su creencia de que los presupuestos "nacen muertos, producto de la crisis política" y se remitió a las duras críticas lanzadas el pasado día 22, cuando el Consejo de Ministro aprobó el proyecto: el recorte del gasto "no responde a una reducción selectiva sino que es una pura resta aritmética"; el control del déficit público "se basa nuevamente en una incierta esperanza de recaudación", y se confirma la peligrosa caída de la inversión pública. IU tampoco quiso valorar el contenido de un proyecto presentado por un "Gobierno provisional".

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