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Funcionarios argentinos encolerizados asaltan edificios públicos para exigir el pago de sus salarios

Juan Jesús Aznárez

A toda prisa, el gobernador de la provincia argentina de Río Negro, en las estribaciones andinas, buscaba ayer fondos para poder pagar los salarios atrasados de sus empleados estatales, transformados el jueves en violentas columnas de asaltantes. Varios edificios públicos resultaron con destrozos importantes, por incendios o saqueos, y la furia llegó hasta el domicilio de varios políticos, cuyas cabezas reclamaban a gritos los manifestantes.

El gobernador, Horacio Massaccesi, candidato de la Unión Cívica Radical (UCR) en las elecciones presidenciales del pasado mayo, acusó al opositor peronismo de haber maniobrado para causar los incidentes, muy semejantes en desarrollo y razones a los registrados antes en provincias que, al estar medio quebradas, establecen duros programas de ajuste.Enterados de las intenciones del Gobierno de bajar los sueldos, varios miles de trabajadores estatales se echaron a la calle en las localidades de Viedma, General Roca o San Carlos de Bariloche y atacaron la sede del Parlamento, de la Gobernación, la vivienida del gobernador electo, también radical, el edificio del Tribunal Superior de Justicia y el local del bloque legislativo radical. La policía, en principio pasiva, intervino finalmente: un agente resultó gravemente herido y varios manifestantes fueron atendidos con lesiones.

El detonante de la crisis de Río Negro fue un proyecto de decreto de necesidad y urgencia del Gobierno provincial, que incluye, entre otros puntos, una reducción salarial de hasta el 40%.

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