_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Idiomas en la escuela

LOS AMBICIOSOS proyectos del Gobierno para impulsar la enseñanza de lenguas extranjeras anunciados por el ministro de Educación al comenzar el nuevo año escolar, aunque susciten el natural escepticismo que se deriva de la tradicional ineficacia del sistema educativo en este campo, no dejan de merecer el estímulo de la sociedad. Y ello al margen del Gobierno que haya de asumir la dirección de la política educativa en un futuro más o menos inmediato.Nadie puede objetar el inicio precoz del aprendizaje de idiomas -a los cuatro años-, aunque sólo sea con canciones y juegos, ni que se aspire a que todos los jóvenes españoles puedan terminar su escolaridad obligatoria con un dominio razonable de al menos una lengua extranjera. Tampoco que pueda haber institutos de secundaria públicos, capaces de llegar a ofrecer una educación bilingüe en una parte, aunque sea mínima, del currículo oficial. Porque el acceso al dominio de otros idiomas tiene que dejar de ser privilegio exclusivo, como lo es prácticamente ahora, de los jóvenes cuyas familias pueden permitirse el lujo de financiar uno o dos años de su vida académica en otros países.

Algo van a cambiar las cosas a partir de ahora. Se ha adelantado a los ocho años el comienzo oficial del aprendizaje de una primera lengua extranjera; se posibilita, tal vez, en escasa medida, el que los institutos de bachillerato impartan una segunda lengua como materia optativa y se financian anualmente estancias del profesorado en los países del idioma de su especialidad, por citar sólo algunos ejemplos de tales cambios. No obstante, subsisten problemas de infraestructura muy importantes. Uno de los principales, y el que probablemente más justifique el escepticismo general, es no tanto el todavía insuficiente número de profesores bien formados cuanto el excesivo número de alumnos que cada profesor debe atender en las clases de idiomas.

El nuevo curso, por otra parte, suscita, si no escepticismos , sí bastantes inquietudes respecto al futuro de la reforma del sistema educativo emprendida por la Administración socialista que, según todo indica, tiene los días contados. El empeño en mantener dos calendarios paralelos para la implantación de la LOGSE contribuye mucho a esa inquietud. El desigual ritmo en la anticipación de algunas etapas del nuevo sistema educativo puede ser una bomba de relojería que haga saltar por los aires todo el sistema en muy poco tiempo. Las autonomías gobernadas por el PP, cuya antipatía hacia la reforma educativa socialista es evidente, anticipan la LOGSE a un ritmo considerablemente más lento que el que le está imprimiendo el ministerio en el territorio escolar dependiente de, su gestión. Asusta pensar los problemas que estos ritmos diferentes pueden ocasionar a las familias que tengan necesidad de trasladar su domicilio de una comunidad a otra cuando el hijo en edad escolar pueda encontrarse en la localidad de destino con un sistema de enseñanza radicalmente distinto al qué él siguió en el colegio de origen.

Así las cosas, resulta indispensable exigir a los partidos políticos, ante las próximas elecciones generales, que expliquen con claridad cuáles son sus planes en relación con la continuidad de la reforma educativa. Es imprescindible y urgente saber cómo se traducirán en la acción concreta de gobierno las reticencias del PP ante el modelo educativo de la LOGSE.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_