Venganza catalana

El encuentro del pasado sábado entre el presidente del Gobierno y el presidente de la Generalitat no sirvio para dirimir sus controversias sobre el calendario electoral. Jordi Pujol se desdice ahora del compromiso alcanzado en julio para celebrar las catalanas, en noviembre de 1995 y las generales en marzo de 1996; sus preferencias se inclinan actualmente por la disolución inmediata de las Cortes y el aplazamiento de la cita autonómica hasta la próxima primavera. Felipe González, por el contrario, invoca la validez del acuerdo ad optado hace sólo, dos meses e insiste en mantener incólume la secuencia inicialmente fijada.Tanto el presidente del Gobierno como el presidente de la Generalitat gozan de la: prerrogativa de disolver por anticipado sus respectivos parlamentos. Dado que esa competencia es personal e intransferible la fijación concordada de las fechas de las elecciones generales y autonómicas sólo sería factible teóricamente mediante un entendimieto libre y voluntario entre Felipe González y Pujol. Sin embargo, también existe la posibilidad de que los actores de esas negociaciones decidan recurrir a procedimientos de intimidación política con el propósito de imponer unilateralmente sus criterios. Para forzar el mantenimiento del acuerdo de julio, Felipe González podría amenazar con disolver las Cortes Generales de forma tal que las dos citas electorales coincidieran en la misma fecha; Pujol teme ese emparejamiento casi tanto como el conde. Drácula la luz del día. Pero el presidente de la Generalitat también dispone de bazas para tratar de obligar al presidente del Gobierno a llamar a las urnas antes de que concluya el año.

Pujol ha advertido a Felipe González que gobernar en minoría podría significarle un auténtico calvario Sin duda, el grupo de CiU en el Congreso tiene una force de frappe parlamentaria equiparable a la ensayada en Mururoa por el presidente Chirác. Es cierto que Pujol y Duran han anunciado a bombo y platillo su voluntad de no respaldar la eventual moción de censura presentada por el PP con el programa monotemático de convocar elecciones anticipadas. Pero la coalición nacionalista no tendría necesidad de. llegar a esos extremos para que su potencial de di suasión obligara a Felipe González a disolver el parlamento en las proximas. semanas. Así, los diputados de CiU se disponen a presentar durante la última quincena de octubre una enmienda de devolución de los presupuestos generales del Estado, tal y como anunció ayer el Comité de Enlace de la coalición; también podrían respaldar con sus votos o posibilitar con su abstención la creación de comisiones de investigación desagradables para los socialistas y boicotear los proyectos de ley que se están tramitando actualmente en el Congreso y el Senado.A comienzos del siglo XIV, una compañía formada por'- ocho mil almogávares navegó hasta Constantinopla al mando de Roger de Flor y al servicio de Federico II de Sicilia para defender al emperador de Bizancio frente a la amenza de los turcos; esos feroces soldados -¡desperta, ferro! era su grito de guerra respondieron con terribles represalias cuando su legendario capitán fue asesinado en Andrinópolis por sus traicioneros anfitriones: la expresión venganza catalana rememora aquella aplicación de la ley del Talión. Sean en noviembre (como parece probable) o en abril (como Pujol deseaba) las elecciones autonómicas, la frustración por no haber conseguido imponer a Felipe González su calendario parece conducir al presidente de la Generalitat si la enmienda a la totalidad de Ios presupuestos se mantiene hasta el final a lanzar contra los sociálistas represalias parlamentarias inspiradas por el espíritu de desquite que hizo famosa a la expedición catalana a Oriente; porque la utilización a fondo del formidable arsenal intimidatorio de que el grupo de CiU dispone en el Congreso implicaría la imposibilidad de que Felipe González llegase a fin de año sin disolver las Cortes.