La temporada de cine despega con la aventura espacial de 'Apollo XIII'
Ron Howard relata los problemas para rodar la película interpretada por Tom Hanks
Algunos recortes presupuestados del programa espacial se han frustrado gracias al éxito de Apollo XIII, según explica con satisfacción su director, Ron Howard, que le enseñó la película a Bill Clinton en la Casa Blanca. Howard un cineasta tímido y algo apocado que se felicita porque su trabajo ha gustado tanto a demócratas como a republicanos, asistió ayer en Madrid a un preestreno del filme, cuya proyección para el público será a partir del 6 de octubre. Interpretado, por Tom Hanks, aspirante a su tercer Oscar consecutivo, Apollo XIII abre así la temporada de grandes estrenos.
"Houston, tenemos un problema". La frase ya está en boca de niños y adolescentes de todo el mundo, capaces de advertir que la odisea que comenzó con esas palabras a una distancia de 325.000 kilómetros es también una impresionante metáfora sobre el coraje y la imaginación humanas.Tanto es así que hasta los políticos en Estados Unidos han introducido en sus discursos referencias a aquella aventura. Al demócrata, Clinton y a los republicanos Gingrich o Dole les gustó la. película. "No es aIgo inhabitual para ellos usar símbolos de la cultura popular en sus intervenciones", afirma Ron Howard. "Y me alegro de que no haya sido manipulada o se haya convertido en un estandarte político, como le ocurrió a Forrest Gump. Por que Apollo XIII no trata de política, sino de la celebración del espíritu humano explorador, del enfrentamiento al riesgo en aras de una idea de rango superior".
Howard se esfuerza en dejar claro que la palabra "patriotismo" debe ser sustituida en el caso de Apollo XIII por los valores de la voluntad y la solidaridad. Basada en hechos reales (abril de 1970), la película cuenta cómo los tripulantes Jim Lovell (Tom Hanks), Fred Haise (Bill Paxton) y Jack Swigert (Kevin Bacon) sufrieron, muy cerca ya del alunizaje, una explosión durante una maniobra de rutina que les hizo perder oxígeno, energía y el curso de la nave. A partir de ahí, la atención de las televisiones del mundo, que habían rehusado retransmitir las fases previas por considerarlas aburridas, se concentra en el intento desesperado de devolver a la Tierra a los astronautas.
Por primera vez, Ron Howard, director de Splash, Willow o Detrás de la noticia, seleccionó a los actores teniendo en cuenta no sólo sus capacidades de interpretación, sino también su fortaleza física. "Y, además, que tuvieran buena actitud y no se pasaran el día quejándose", añade Howard refiriéndose a las duras condiciones del rodaje. "No sabíamos como nos iban a afectar físicamente los problemas de la gravedad cero", comenta el director, que consiguió permiso de la NASA para rodar en un avión KC-135. Éste traza trayectorias parabólicas cayendo de 40.000 a 30.000 pies de altura para obtener unos 25 segundos de ingravidez en cada intento. El rodaje exigió un total de 612 parábolas y 3.54 horas de ingravidez. "Por suerte, sólo dos miembros del equipo se negaron a subir más de una vez. Uno vomitó encima de Bill Paxton. Tanto yo como los actores lo soportamos bien". El resultado son imágenes espectaculares de los actores flotando por la nave. Todos los planos de la película son originales.
El cuarto pasajero
Filmar en el interior de la capsula ha sido uno de los retos más importantes de la carrera de Ron Howard, según dice. "Dramáticamente, traté de rodar de manera que la cámara adoptase el punto de vista de un cuarto pasajero", explica. "Y a pesar de que podríamos haber hecho planos desde más lejos traté de quedarme dentro de la cápsula para dar la misma sensación que tenían ellos".Respecto al trabajo con los actores, Howard, tras entrevistarse en numerosas ocasiones con Jim Lovell -Tom Hanks se pasó tres días en su casa-, Haisel, Mattingly y otros astronautas (Swigert murió en 1981), comprobó que estos especialistas, "por la propia naturaleza de su profesión, no suelen exteriorizar sus emociones. Hemos tratado de comunicar toda la gama. sin mucho diálogo, el miedo, la soledad...".
Como ejemplo de ese mutismo, el cineasta cuenta cómo en las conversaciones con Fred Haisel éste nunca quería confesar que se había puesto muy enfermo. "Estaba muy incomodo', fue lo único que nos dijo, cuando al aterrizar tuvo que ser internado varios días en un hospital", recuerda Ron Howard, cuyo Apollo XIII ha recaudado ya más de 26.000 miIlones de pesetas.
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