El jefe del Gobierno convenció a Pujol para que revise su veto al presupuesto
El jefe del Gobierno, Felipe González, ha conseguido que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, medite de aquí al mes de octubre las consecuencias que tendría la presentación por su grupo parlamentario de una enmienda a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado, lo que equivaldría a un veto de los mismos. A juicio de las fuentes de la Presidencia consultadas, este hecho no es irrelevante, ya que Pujol entró a la reunión del pasado sábado en el palacio de la Moncloa anunciando a González su intención de pedir la devolución de las cuentas del Estado que el Gobierno presentará el 30 de septiembre.
Pujol tiene que decidir dos medidas de gran importancia: de aquí a 15 días, cuándo convocará sus elecciones, y antes del 23 de octubre, si se une al PP y a Izquierda Unida en la petición de devolución de los presupuestos.
"Jordi Pujol entró en la reunión anunciando su intención de presentar una enmienda a la totalidad de los presupuestos y salió poniendo en duda su propia decisión". Así resume con alivio un alto cargo gubernamental uno de los aspectos de lo tratado entre Pujol y González en su reunión del sábado. Según las fuentes consultadas, el presidente del Gobierno hizo ver a Pujol algunas consecuencias políticas de la decisión que le anunció.
Votación única
No por obvias pierden relevancia. La presentación de tal enmienda, que supone el veto absoluto a que puedan empezar a tramitarse los presupuestos, sitúan a Pujol junto al Partido Popular e Izquierda Unida, ya que, según el reglamento, en el Congreso no se vota individualmente la enmienda de cada grupo, sino que hay una votación única a todas las enmiendas de devolución que se hayan presentado en el registro. Con los votos del PP, Izquierda Unida y CiU pidiendo la devolución de los presupuestos, nada puede hacer el Gobierno.La consecuencia política de aparecer junto a los grupos de Aznar y Julio Anguita es lo que González resaltó ante Pujol, y en su razonamiento le dijo al presidente catalán que si toma ese camino no se entendería que no apoyara la moción de censura que le demanda el presidente del PP, José María Aznar.
Como corolario, el Gobierno considera incongruente que Pujol, después de elogiar la política económica del Gobierno y otras reformas producidas con su concurso en los dos años de colaboración, ahora se una a la oposición frontal. Estas consideraciones consiguieron que Pujol se comprometiera con González a meditar su posición sobre los presupuestos y no desvelar que entró al despacho del presidente con la decisión de vetarlos.
El Ejecutivo todavía confía en que CiU se abstenga en la votación única y global a todas las enmiendas de devolución que se presenten, aun consciente de que en CiU son mayoría quienes no ven motivos para facilitar la vida del Gobierno sin que ello les perjudique electoralmente.
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