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POLÉMICO NOMBRAMIENTO

PNV advierte al nuevo obispo, de Bilbao que "no será bienvenido" por no ser vasco

El Partido Nacionalista Vasco recibió ayer de uñas el nombramiento del nuevo obispo de Bilbao. Ricardo Blázquez, natural de Villanueva de Campillo (Ávila) y hasta ahora prelado de Palencia, "no será bienvenido" en el País Vasco por la formación que preside Xabier Arzalluz. El portavoz peneuvista, Joseba Egibar, se apresuró a advertir que su partido "siente" que la decisión última del Vaticano haya sido la de nombrar para la capital vizcaína un obispo no vasco y desconocedor de la realidad cultural de la comunidad autónoma. La réplica no tardó en llegar. "Sé que muchos [en el PNV] no están de acuerdo con esta postura del presidente del partido", defendió Blázquez. El nuevo obispo de Vitoria será Miguel Asurmendi, pamplonés.

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La Santa Sede ha ignorado las presiones del PNV, que pretendía evitar a toda costa el nombramiento de un obispo no vasco para Bilbao. Ricardo Blázquez, según admitió ayer, recibió la comunicación de su nombramiento el 1 de septiembre. "Desde entonces me he encomendado a la patrona de mi nueva diócesis", dijo tras señalar que lo primero que liará será aprender euskera. El anuncio, sin embargo, no le ha servido para impedir una nueva bofetada de los peneuvistas. 'Toro viejo no aprende a hablar", le contestó en la cadena SER Iñaki Anasagasti. Blázquez será el quinto obispo de Bilbao y el segundo no vasco. El primero, Casimiro Morcillo, nombrado en 1950, era natural de Madrid.El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados interpretó en agosto el posible nombramiento de Ricardo Blázquez como una maniobra del nuncio del Papa en Madrid, Mario Tagliaferri, y de los sectores más conservadores de la Iglesia para "amordazar" al obispo de San Sebastián, José María Setién. La polémica la agrió más días después Xabier Arzalluz al amenazar con una "respuesta política" si se consumaba este nombramiento "político". Y ayer, el día del anuncio oficial, no fue desactivada. Egibar, además de advertirle a Blázquez que no será bien recibido, mostró abiertamente su pesar porque las a autoridades eclesiásticas hayan optado por él -"un conservador", según el PNV- como sucesor de Luis María Larrea.

"Sentimos que hayan tomado esta decisión. Seguimos sin conocer esas razones, que no son estrictamente pastorales, sino políticas, que han tenido presentes el nuncio y las autoridades eclesiásticas para nombrar obispo de una diócesis a una persona ajena a lo que puede ser el ámbito vasco", sentenció Egibar. El dirigente nacionalista mostró su pesar porque las "vías de diálogo, institucionales o no", exploradas por el PNV estos dos últimos años para conseguir una obispo autóctono no hayan fructificado. Además, remarcó que el problema no es que Blázquez no sea nacionalista o abertzale, sino que desconoce lo referido al ámbito vasco y su idioma.

Frente a este hecho, el nuevo obispo de Bilbao aseguró en conferencia de prensa que tiene mucho interés en aprender euskera "desde ahora". Aunque tampoco se mordió la lengua. En posteriores declaraciones en televisión dijo que Arzalluz "ya ha recibido una respuesta adecuada del presidente y del vicepresidente de la, Conferencia Episcopal y de otros obispos", y puntualizó que "el presidente del PNV no puede representar a toda la sociedad vasca, ni muchísimo menos a la Iglesia caólica en la diócesis de Bilbao".

La anunciada "respuesta política" del PNV, en cualquier caso, no fue especificada ayer. El portavoz Egibar se limitó a decir que "respetan" la decisión, en lo que se refiere a decisión política, "pero en o que se refiere a nuestra opinión, [Blázquez] no será bienvenido". El PP, en cambio, se felicitó por la decisión e hizo justo lo contrario. Desde Buenos Aires, el presidente de los populares en el País Vasco, Jaime Mayor Oreja, dio la "bienvenida a los dos nuevos obispos, como lo hubiésemos hecho con cualquier otra personalidad".

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Para Convergència Democrática de Catalunya, el nombramiento de Blázquez es un "acto expreso de beligerancia".

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