Sequía con história

El pantano San Juan llevaba más 20 años sin enseñar las dos joyas arquitectónicas que guardaba bajo sus aguas. Un descenso espectacular de su nivel en algunos puntos ha bajado hasta 40 metros a causa del trasvase de sus aguas ha recordado a los vecinos del cercano San Martín de Valdeiglesias (5.700 habitantes) que bajo el embalse sobreviven un puente romano y una ermita del siglo XII. "La última vez que, afloró el puente fue en los años setenta, durante una sequia también muy fuerte. Pero entonces se conservaba mejor. Ahora se han caído algunas piedras del pretil por las corrientes del pantano", comenta el, alcalde, José Luis Garcia, del PSOE. El Ayuntamiento ha pedido a la Dirección Regional de Patrimonio que traslade el puente a una parte más alta para evitar que las aguas lo vuelvan a cubrir. "Todavía no hemos recibido su respuesta, pero deben darse prisa por que, él invierno se echa encima y el nivel subirá pronto, calcula el regidor. El puente con cinco ojos, de los que sólo uno es visible por el momento; está. atravesado pgruna calzada de la misma época. De hecho, y perfectamente alineados y en dirección al puente, se observaban grandes cantos de piedra. "Son parte de la calzada. Esto es lamentable",relata el vecino José María García.

Según el Ayuntamiento, el nivél de las aguas del pantano desciende diariamente unos 26 centímetros. "Se están llevando el agua y los peces mueren asfixiados". dicen. Ayer, sobre laderas secas, y a unos 40 metros de distancia de la línea del agua, centenares de barbos y carpasoles se resecaban bajo el sol de septiembre. "Nunca habíamos visto nada parecido", recuerda el alcalde.

El párroco, Felicísimo Millán, acompañado un monaguillo," decidió visitar también -ayer el pantano. El sacerdote quería contemplar los restos de la ermita de la Virgen de la Nueva, del siglo XII. Este templo, ahora, semiderruido, llegó a contar con una hospedería con 30 camas. 'En sus dependencias durmieron, según los legajos eclesiales, Alfónso X y Felipe II" recuerda el sacerdote. "Io que da idea de su importancia histórica".

La ermita guardó hasta los años cincuenta, década en la que elevantó el embalse, un retablo plateresco atribuido a Berruguete. Los vecinos lo trasladaron, para salvarlo de las aguas, a una nueva, ermita construida un centenar dé metros más arriba.

Ayer, sobre los dinteles, las colmunas, lósas y los contrafuertes románicos sobresalía el esqueleto, de una barca de madera. "No es la barca de san Pedro, pero fíjese hasta donde llegaba el agua donde está ahora", señalaba el párroco, a unos 20 metros de distanciá del pantano.