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Los países árabes quieren imponer la prohibición nuclear a Israel en la Conferencia de Barcelona

En Nueva York perdieron, pero en Barcelona van a intentar obtener la revancha. La mayoría de los países árabes que participarán en la Conferencia Euromediterránea de Barcelona, organizada por la Unión Europea, pide en sus aportaciones a la declaración final un compromiso firme para que Oriente Próximo quede libre de armas nucleares, a lo que Israel, el país afectado por estas propuestas, se volverá muy posiblemente a negar, como ya lo hizo en mayo en Nueva York, cuando se negociaba la prórroga indefinida del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

La presidencia española de la Unión Europea (UE) está preparando un primer borrador de la declaración final de la conferencia -que se celebrará en Barcelona a finales de noviembre, y que pretende ser uno de los momentos brillantes del semestre español-, en el que se hace parcialmente eco de las distintas observaciones que los Estados árabes han hecho a lo largo del verano al documento que los Quince les sometieron, según indican fuentes diplomáticas.La cita de la Barcelona, la primera de estas características entre la UE y sus 12 socios mediterráneos (Turquía, Chipre, Malta, Israel y todos los árabes ribereños, incluida Jordania, pero con la excepción de Libia) servirá para sentar las bases de un nuevo modelo de cooperación económica y política que deberá desembocar en la creación de una amplia zona de libre comercio entre ambas orillas.

En su vertiente política, el texto de conclusiones hace "'un llamamiento para que todos los países se adhieran al Tratado de No Proliferación Nuclear" (TNP), una fórmula que el Estado israelí está dispuesto a aceptar porque no le compromete a nada, ya que no estampó su firma en el documento de Nueva York. Cuatro Estados árabes (Egipto, Siria, Argelia y Líbano) consideran, sin embargo, que esa fórmula es del todo insuficiente y piden que en Barcelona se alcance un acuerdo mucho más ambicioso, sobre la desnuclearización de la región con unos plazos a negociar.

Silencio israelí

Israel nunca ha reconocido oficialmente poseer armas nucleares, pero se niega a adquirir tal compromiso como ya hizo a principios de la primavera, cuando una vez más se negó a suscribir el TNP, junto con Pakistán y la India. Si lo hiciese, los árabes estarían dispuestos a firmar a a su vez los convenios sobre armas biológicas y químicas.El Tratado de Tlatelolco, que crea en parte de Latinoamérica una zona desnuclearizada, es el modelo en el que se inspiran los árabes y el que desean imponer en su zona.

En los trabajos preparatorios de la reunión barcelonesa, los árabes son también los que se muestran más cautelosos ante un rápido desmantelamiento de las barreras arancelarias para poner en pie la zona de libre comercio, porque temen que sus incipientes industrias sean barridas con enorme facilidad por las europeas y, con ello, el paro se dispare.

Son además prudentes ante el énfasis puesto en el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Se defienden alegando la no injerencia en sus asuntos internos y su especificidad cultural. Todos ellos piden, además, que se busque una fórmula para permitir la participación de la Libia de Muammar el Gadafi en el foro.

Varios indicios apuntan a que la asistencia de Marruecos a la cita euromediterránea no está garantizada, y si finalmente acude una representación del reino será, probablemente, de muy bajo nivel. A la última reunión preparatoria en Bruselas, el 24 de julio, el Gobierno de Rábat fue el único que no envió a nadie desde su capital y su delegación estuvo encabezada por su embajador ante la UE.

Cuatro días más tarde, en Tabarca (Túnez), sólo faltaba el marroquí entre los 10 ministros de Exteriores que debatían de Barcelona.

Las relaciones entre la UE y Rabat están pasando por un momento tormentoso, pero no es ésa la razón fundamental de la ausencia de un representante de alto nivel del rey Hassan. Desde que en 1987 pidió la adhesión al club de Bruselas, Marruecos ha buscado una relación específica con la Unión y ve con reticencias foros como el de Barcelona, en el que se le asocia con los demás árabes.

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