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CONFERENCIA MUNDIAL DE LA MUJER

"Venceremos"

El viejo grito de rebelión de los 60 no ha muerto, "We shall overcome" (venceremos), gritaban y gritaban sin cansarse las 150 mujeres de todo el mundo que ayer se manifestaron donde las autoridades chinas les han dejado: en el foro de las ONG, paralelo a la cumbre situado a 60 kilómetros al noroeste de Pekín. "Alto, alto", les ordenaban los policías cuando las manifestantes intentaban sobrepasar los límites establecidos. "We shall overcome", respondían, mientras marchaban unidas contra las filas policiales.La tensión en el foro alternativo de Huerú no terminó con las negociaciones del pasado domingo para suavizar la férrea vigilancia oficial. Ayer volvieron a registrarse incidentes cuando las manifestantes decidieron recorrer las calles vestidas de negro y con velas encendidas para protestar por la situación de muchas mujeres en el mundo, tanto en la guerra, como en la paz. Entre los nombres propios de violaciones de derechos humanos figuraban Yugoslavia y la propia China. Un grupo de mujeres tibetanas ha denunciado violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno chino al que acusan de forzar los abortos y las esterilizaciones en este territorio.

La feminista norteamericana Betty Friedman mostró su indignación por las restricciones que han marcado desde su comienzo el foro de las ONG. Para Friedman la actitud del gobierno chino limitando las posibilidades de manifestación "demuestra lo empeñado que está en trivializar la fuerza de las mujeres y lo amenazado que se siente por una mujer independiente y democrática".

Escepticismo en la ONU

En el mismo sentido que ya se han manifestado otras personalidades, el alto comisario de la ONU para los Derechos Humanos, José Ayala Lasso, teme que la conferencia de Pekín no aporte los resultados que las mujeres esperan. El diplomático ecuatoriano declaró que esta conferencia, incluso, puede suponer un paso atrás, si se reabren cuestiones como el aborto, que fueron tratados y acordados en las conferencias de Viena y El Cairo.En su opinión, en esta cumbre se deben tratar los problemas de la mujer dentro de los derechos. humanos y no desde el punto de vista nacional o internacional. "Los derechos humanos son universales, mientras que hay tratados internacionales, entre ellos la Convención contra todas las formas de discriminación de la mujer, que todavía no han sido ratificados por algunos países", subrayó. Para Ayala Lasso, el reto de la cita en Pekín no es reconocer el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad, sino darle la capacidad de participar de forma activa en la vida económica, política, social y cultural.

La abogada española Cristina Almeida consideró que la verdadera conferencia se celebra en el foro alternativo donde "se llama a las cosas por su nombre y se debate en profundidad de todo: de la política del Vaticano y de los intentos para hacemos volver o mantenernos en las redes del hogar".

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