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INTERVENCIÓN ALIADA EN LOS BALCANES

Los militares serbobosnios retienen a los tres observadores españoles como rehenes en Pale

Los cinco observadores de la Unión Europea (UE), tres de ellos españoles, en poder del Ejército serbio de Bosnia desde el pasado jueves salieron ayer del cuartel de Visegrado, situado a 15 kilómetros de la frontera con Serbia. Pero en lugar de ser liberados, los cinco observadores, según fuentes gubernamentales españolas en Madrid, fueron trasladados ayer a Pale, la capital de la autoproclamada república serbia de Bosnia, lo que confirma, a su juicio, que se han convertido en rehenes del régimen de Karadzic y hace temer que su retención se prolongue.

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El Gobierno español continuaba ayer las gestiones para conseguir la liberación de los observadores y conocer en todo momento la situación en que se encuentran a través del Ministerio de Asuntos Exteriores yugoslavo y de los servicios de espionaje. La delegación especial enviada a Belgrado -a cuyo frente se encuentran el embajador Miguel Ángel Fernández Mazarambroz y el general Juan Martínez Esparza- no ha obtenido autorización para cruzar la frontera hacia la zona serbia de Bosnia ni tampoco ha logrado todavía contactar telefónicamente con los rehenes, informa Miguel González.Las autoridades serbobosnias no han dado ninguna explicación sobre las razones por las que permanecen retenidos los tres observadores españoles, el embajador Fernando Sánchez Rau, el general José Luis García Esponera y el comandante Zenón Luis Quintana, y otros dos representantes de la Unión Europea, uno holandés y otro irlandés. El motivo del traslado del cuartel de Visegrado obedece al parecer a la decisión del Ejército serbobosnio de dispersar sus efectivos militares tras los bombardeos de la OTAN.

A media mañana los representantes españoles desplazados a la frontera entre Bosnia y Serbia, el consejero de embajada, Diego Ruiz, y el teniente coronel José Luis Vinuesa, detectaron un inusual movimiento de oficiales del Ejército yugoslavo hacia Bosnia, lo que hacía prever que algún tipo de decisión estaba a punto de adoptarse en el otro lado de la frontera. Fuentes de Visegrado confirmaron poco después que los cinco observadores habían abandonado las instalaciones donde permanecían retenidos desde el jueves por la noche.

El Ejército es quien decide sobre las entradas y salidas de la llamada república serbia de Bosnia y la última decisión sobre lía suerte de los observadores de la UE está, sin duda, en manos del general Ratko MIadic, que tiene en estos momentos sobre la mesa tres serios problemas: la suspensión de los bombardeos de la OTAN, la retirada del armamento pesado serbio alrededor de Sarajevo exigida por la OTAN y Naciones Unidas para no reanudar los ataques aéreos y la liberación de los rehenes de la Unión Europea.

La larga reunión entre MIadic y el general Bertrand Janvier, comandante en jefe de las fuerzas de la ONU en la antigua Yugoslavia, terminó sin un acuerdo concreto tras 14 horas de entrevista, ya que el general serbio puso ciertas condiciones para retirar la artillería pesada que amenaza Sarajevo fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros. El general Janvier exigió, asimismo, garantías para la apertura del aeropuerto de la capital bosnia y de las rutas de acceso a la ciudad.

Los serbios atraviesan su peor momento desde el comienzo del conflicto de los Balcanes por lo que tienen que jugar sus cartas con sumo cuidado. Acosados en los frentes militar y diplomático pueden sentir la tentación de utilizar a los rehenes comunitarios como moneda de cambio y prolongar la crisis. Al general Mladic se le acaban las bazas tras el primer castigo de envergadura que han sufrido sus fuerzas, por lo que no puede errar el cálculo.

Las primeras evaluaciones de los efectos de los bombardeos de la OTAN indican que el dispositivo militar serbio en Bosnia-Herzegovina ha sufrido daños muy elevados. Hasta tal punto que se venían en una situación muy comprometida si las fuerzas croatas y musulmanas desencadenasen una ofensiva terrestre conjunta a gran escala.

Una amenaza que permanece hoy en la reserva pero que podría activarse con gran celeridad si fracasan las negociaciones de paz que comenzarán los próximos días en Ginebra con la asistencia de los ministros de Exteriores de Bosnia, Serbia y Croacia.

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