Los problemas de la lírica

Amante apasionado de la ópera, Solti observa dos graves problemas en la lírica actual. "No hay directores de ópera y esto es muy serio", explica. "Los jóvenes directores no dirigen ópera por una sencilla razón. Cuando yo empezaba, hasta que llegabas a primer director de una orquesta podían pasar 15 años. Ahora hay tantas orquestas buscando directores que cualquiera que cumpla la media encuentra trabajo. Y eso no ocurre en una ópera, donde hay que ser repetiteur cinco o seis años y aprender desde dentro. Es tan fácil ser director de una orquesta sinfónica que nadie quiere ser segundo en una de ópera".El otro problema que Solti cita se refiere a la preeminencia de la producción sobre la música. "Nadie habla de cómo suena, sino de cómo parece. ¡Y la ópera es música, no es cine! Hay tantas perversiones en el proceso operístico actual que es muy difícil hacer una Traviata o unos Maestros cantores normales.

Es difícil dirigir lo que el compositor escribió si no quieres parecer pasado de moda. Tienes que hacer que parezca que estás al día. Pero lo que no so justifican son los cambios. Y hay muchos por ahí cambiando lo que escribió el compositor y creyéndose además que lo arreglan".