España no enviará tropas para combatir, según Suárez Pertierra

El Gobierno español no considera el envío de tropas de combate a Bosnia-Herzegovina. "No está previsto en ningún modo", aseguro ayer el ministro de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, quien hoy viaja a Bosnia con el doble objetivo de efectuar su primera visita como titular de su departamento a las tropas españolas allí desplegadas y evaluar sobre el terreno la situación creada.El ministro no descarta en cambio una acción aérea contundente contra las posiciones de los serbios de Bosnia. "Vamos a actuar con toda la energía que nos sea posible para evitar la actual limpieza étnica que están llevando a cabo los serbios", aseguró Suárez Pertierra, quien añadió a continuación: "Si continúa la actual presión sobre Gorazde y Sarajevo, utilizaremos la aviación con contundencia".

Por su parte, el ministro de Exteriores, Javier Solana, declaró ayer, antes de partir hacia Estados Unidos en calidad de presidente de turno del Consejo de Ministros de la Unión Europea, que los aviones F-18 españoles destinados en Aviano, base italiana de la OTAN, están dispuestos para apoyar acciones bajo la cobertura de la ONU. Esta frase del ministro, vinculando su misión a la ONU, podría descartarles para una acción de la Alianza Atlántica al margen de la cadena de mando de la ONU.

Solana, quien reconoció que un ataque sobre los serbios de Bosnia tendría efectos negativos sobre los cascos azules, dijo que "ha llegado el momento de dar una señal clara, contundente y rápida". El ministro es poco optimista: "Desgraciadamente, lo más probable es que haya que emprender alguna operación".

Clinton, a favor de la fuerza

El presidente estadounidense, Bill Clinton, aseguró ayer que favorecerá el uso de la aviación de su país si prosigue la agresión serbia sobre el enclave bosnio de Gorazde, pero reiteró que no mandará tropas de tierra a combatir en Bosnia. Clinton afirmó que su compromiso de envío de tropas está limitado a dos posibilidades: si son necesarios para cubrir la retirada de los cascos azules o para reforzar un acuerdo de paz previamente alcanzado por serbios y bosnios.

El Congreso de Estados Unidos, dominado por la oposición republicana, coincide en este rechazo frontal al envío al frente de soldados estadounidenses, pero discrepa radicalmente en la política seguida hasta ahora. Newt Gingrich, presidente de la Cámara de Representantes, y Robert Dole, jefe de mayoría republicana en el Senado, favorecen el levantamiento de las sanciones para permitir el rearme del Ejército bosnio.

Sobre este punto, Solana dijo que un levantamiento unilateral de armas sería muy negativo y agravaría la guerra. "Desgraciadamente, quizás nos tengamos que ver todos abocados a tomar esta decisión, pero sería la última que habría que tomar"