Abierta una batalla sorda en el PP balear para relevar a Cañellas
El Partido Popular balear está abocado a decidir hoy mismo la imprevista sustitución de Gabriel Cañellas al frente de Gobierno de la comunidad después de que José María Amar exigiera su dimisión para hacer frente a las responsabilidades políticas del caso Sóller, la presunta financiación irregular de la formación en las islas con comisiones pagadas por la empresa concesionaria del túnel. El Grupo Parlamentario y el Comité Ejecutivo Regional tendrán que despejar en cuatro horas la incógnita. La convulsión interna causada por el escándalo ha precipitado una sorda batalla abierta entre diversos candidatos y colectivos que tratan de controlar los cargos vacantes en el partido y el Gobierno. El vacío ha desatado movimientos inéditos en la formación tradicionalmente mayoritaria en el archipiélago.
Joan Verger, el dirigente del PP más distante del dimisionario, es el único aspirante que ha propugnado públicamente su candidatura. Verger tildó de injusticia la destitución de Cañellas y se postuló para sucederle en el Gobierno. Reclamó que la decisión del relevo no se ciña tan sólo a la votación del Grupo Parlamentario, en el que no tiene una mayoría definida, y solicitó, por otra parte, que el nuevo presidente del partido sea elegido en un futuro congreso de carácter extraordinario.En el entorno de Cañellas y desde la dirección conservadora de Madrid se busca que la crisis favorezca el cambio generacional. Así, se apoya. a los jóvenes consejeros formados políticamente a la sombra del presidente saliente, que tutelaría en la práctica a su sutituto, con lo que no habría ruptura de la línea ni del estilo.
La vicepresidenta, Rosa Estarás, y el consejero de Economía, Jaume Matas, son dos de los nombres que los diputados conservadores barajan como los delfines elegidos desde arriba.
Matas comentó que está "a disposición" de lo que diga el partido mientras que Estarás permaneció en silencio. Ambos son de perfil profesional parecido y comparten una fe ciega en la persona y el modo de gobernar del líder caído.
Una posible tercera vía, con menos empuje en la noche de ayer, la encarnan el portavoz parlamentario y presidente del Consell de Menorca, Joan Huguet, y el presidente de la Asamblea regional, Cristóbal Soler.Cañellas intenta dirigir la operación retirado en su casa, apesadumbrado por la forzada renuncia como imagen balear del PP y como presidente del Gobierno. Después de arrinconarlo, Aznar le ha lanzado elogios y promesas de reincorporación a la primera plana de la vida política en el futuro, pero la sintonía está ahora rota."El señor del mostachito"'
Como muestra de la falta de identidad entre la dirección nacional y el partido en Baleares, el hermano menor de Cañellas, el diputado regional Carlos Cañellas, criticó ayer irónicamente a Aznar, al que se refirió como "el señor del mostachito".
Carlos Cañellas atacó a Aznar por viajar a París para ver al presidente francés, Jacques Chirac, antes que desplazarse a Palma para atender el caso suscitado. Dijo además que la postura de su máximo líder estatal de apoyar a Chirac en la reanudación de las pruebas nucleares es "una solemne tontería"
Por otra parte, informa Naiara Galarraga, un portavoz del PP insistió, tras la reunión extraordinaria en Madrid de la Ejecutiva Nacional, en la que se dio por zanjada la resolución política del caso Sollér, que no se ha dado "ninguna recomendación, orden o consigna" a la formación balear respecto al relevo de Cañillas. La Ejecutiva se mostró satisfecha por haber resuelto "bien y rápidamente" el escándalo. "Una semana y un día" después de haber pedido responsabilidades, reiteró el portavoz.
El Comité Ejecutivo Nacional reconoció, a petición de Aznar la tarea de Cañellas en las isla durante los últimos años y calificó su labor de "muy meritoria" aunque ahora le haya pedido que dimita. En palabras de Aznar, PP balear "ha hecho lo que tenía que hacer y ha cumplido".
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