El MOPTMA gasta 15 millones por kilómetro en plantaciones en las orillas de las carreteras
El 18% de las inversiones viarias se dedica a reducir el impacto en el entorno
Las carreteras -hay más de 160.000 kilómetros en España- abren cicatrices en el paisaje español. El mapa de heridas se ha visto incrementado en los últimos años con los 7.000 kilómetros de los dos planes generales de carreteras del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA). Para amortiguar los efectos, el MOPTMA incluye en cada obra viaria la revegetación de sus márgenes. Felipe Ruza, responsable de medio ambiente de la Dirección General de Carreteras, calcula que en plantaciones se gasta 15 millones de media por kilómetro.
Cada kilómetro de autovía sale por mil millones de pesetas, como coste medio. Ruza señala que el 18% de las inversiones en carreteras va destinado a hacerlas menos impactantes en el entorno, desde el sobrecoste de elegir las opciones más ecológicas hasta la colocación de medidas correctoras, como plantas, pantallas de ruidos y pasos de fauna -en las autovías de Galicia se han hecho bastantes para los lobos-.Y es que la Administración se ha percatado de lo que dan de sí los terrenos expropiados que acompañan a los ejes viarios. Esos 7.000 kilómetros de carreteras suponen nada menos que 30.000 hectáreas de terreno colindante, algo. así como el parque natural de Somiedo (Asturias) y más que el actual de Cabañeros (Ciudad Real).
De hecho, hay zonas, como la N-II en su tramo de Alcalá de Henares a Guadalajara, que donde más riqueza vegetal presenta es en los aledaños de la carretera y en la mediana. Ruza pone como ejemplo de buen hacer lo realizado en la N-VI, Madrid-La Coruña, a su salida de la capital hasta el nudo con La Zarzuela. Ahí incluso se ha incorporado un sistema de riego por goteo enterrado.
Pero donde más cuidado hay que tener es en los arreglos de las carreteras de montaña, donde los grandes desmontes de tierras y los taludes pueden abrir heridas difíciles de digerir en los paisajes más vistosos de la Península. Ruza explica que en el eje pirenaico se ha puesto especial mimo, sobre todo en la zona de La Seu d'Urgell (Lleida), donde se ha empleado el sistema de hidrosiembra, que consiste en inyectar semillas mediante una manguera en los terrenos más complicados.
Sin embargo, los vecinos (le muchas zonas siguen criticando el afán de la obra por la obra del MOPTMA. Es el caso (le las actuales obras en la nacional Logroño Santander, que han atropellado varios pueblos del valle de Valdebezana (Burgos). En vez de desviar la carretera por fuera de los núcleos urbanos, la decisión ha sido que excavadoras y apisonadoras derrumben paredes de cantería, choperas, manzanos, ciruelos y pinos de varios pueblos, que de repente se han visto desnudados de su vegetación para que una amplia calzada los atraviese por medio. María Isabel Peña, alcaldesa pedánea de uno de esos pueblos, Quintanaentello, no entiende el afán por ensanchar la carretera, dejar un recoleto pueblo convertido en un páramo y hacer una peligrosa pista de alta velocidad que pase entre las casas. "No entiendo", dice, "para qué se han gastado 400 millones, si después los coches no pueden cruzar a más de 50 por hora. Son ganas de despilfarrar el dinero o de poner multas o de provocar accidentes en una carretera en la que nunca hasta ahora ha habido un accidente mortal".
600 coches diarios
Francisco Alemendres, director provincial del MOPTMA en Burgos, responde: "Estamos teniendo un cuidado exquisito con esa carretera. Pasa por medio de los pueblos, porque la densidad del tráfico es pequeña, unos 600 coches diarios. Además, vamos a plantar 700 árboles, más de los que hemos cortado; y ya estamos revegetando con hierba los taludes".
Los ecologistas también critican el "desarrollismo" del ministro del MOPTMA, José Borrell; su "afición a la obra por la obra". "Frente a los estragos que producen muchas autovías y autopistas, esas plantaciones, que no están mal, son mero maquillaje", dice un portavoz de la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA). Orgulloso, Ruza saca un libro del MOPTMA: un catálogo de 214 especies vegetales para plantar en márgenes y medianas según climas, altitudes y tipos de suelo. Admite que, a veces, las empresas concesionarias no respetan las directrices de elegir lo autóctono por abaratar costes y por problemas en los viveros para encontrar algunas plantas.
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