_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los bajos

Juan José Millás

Hace poco leíamos que algunas partes del mundo están sembradas de minas antipersonales. Se llaman así porque son de uso individual, es decir, que te matan o te arrancan un pie personalmente. Tienen el tamaño de una cajetilla de tabaco, pesan menos que un filete de hígado, y están enterradas en los bajos de la realidad, en el Tercer Mundo. Al final, todos caemos por los bajos. A Mitterrand el destino le ha puesto una bomba en la misma zona del casco en la que él colocó otra hace diez anos para hundir el buque ecologista Rainbow Warrior, cuyo aniversario ha celebrado la Marina francesa gaseando un poco a los ocupantes del Rainbow Warrior II.

Los bajos están minados hasta en Austria, un país alpino que cuando éramos pequeños nos parecía un país fantástico, de cuento, y que a medida que crecemos se convierte en una novela realista. Siempre que aparece una noticia sobre Austria en el periódico hay que leerla detenidamente, por si acaso, o por si Freud, según. Ahora nos acabamos de enterar de que los obispos y los políticos de aquel país de Danubio azul y psicoanálisis están amenazados también por los bajos. O sea, que los gays de Viena, hartos de su Código Penal, van a publicar los nombres de varios homosexuales con vocación de obispos y de políticos de alto standing, a ver qué pasa.

Minas, pues, del tamaño de una cajetilla de Marlboro, cuya casa madre, por cierto, está llevando a cabo una campaña publicitaria que es una bomba a punto de estallar en los bajos del imaginario colectivo: dicen que tener canarios produce más cáncer que fumar. No puedes moverte sin que te explote algo. Si no te estalla el paquete de tabaco, te contagia el pájaro un tumor, o te mata la próstata. Y las francesas, por lo menos, matan con grandeur, fijense en Mitterrand. Las nuestras, no.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_