Cebrián aboga por "un consenso básico sobre determinadas reglas en la prensa"

"Es malo que exista un sindicato de intereses de determinados periodistas que les lleva a protagonizar la vida política. Es malo que sean más importantes los periodistas que cuentan las noticias que las noticias que cuentan". En estos términos se pronunció ayer Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo PRISA, en el curso La transición política española que dirige el ex ministro centrista Rodolfo Martín Villa, hoy en las filas del Partido Popular. Ese curso, celebrado en El Escorial, forma parte de la programación de verano de la Universidad Complutense de Madrid.Tras hacer un repaso pormenorizado del papel desempeñado por los medios de comunicación durante la transición, Cebrián se opuso a los que sostienen que ese proceso todavía no ha terminado. "La transición ya se hizo. Lo que habrá, cuando se produzca, será un cambio de Gobierno", recalcó.

Para Cebrián, "algunos periodistas tienen ensoñación de poder. Quieren ejercer la mediocracia y sueñan con el Watergate". Mencionó la existencia de ocho 6 10 periodistas que están siempre opinando en tertulias de radio, en columnas de periódicos y revistas y en televisión, que ganan muchos millones de pesetas yendo de medio en medio. "Me preocupa", dijo, "que se digan impunemente mentiras, calumnias y estupideces. Este síndrome, que es muy malo para los periodistas, o lo resuelven los periodistas o no lo resuelve nadie".

En opinión de Cebrián, la situación española está muy crispada y lo seguirá estando por mucho tiempo. "A Aznar no le van a dar, no ya cien días de plazo, sino ni siquiera cien horas, En gran medida el papel de la prensa es el de criticar, pero seria necesario un consenso básico sobre determinadas reglas, porque no todo vale". El contenido de este consenso pasa, según Cebrián, por un uso autocontrolado de la libertad de expresión, mediante códigos que comprometan a los periodistas 11 por lo menos a no publicar mentiras" y a no atentar contra la vida privada y la intimidad. "Son mejores los códigos de ética. que las leyes represivas", aseguró.

La transición

La transición comenzó, en opinión de Cebrián, el día que el dictador murió. Y además murió en la cama. Este hecho condicionó todo el proceso de la transición, que se hizo mediante un consenso. "Sé que existen quienes piensan que la transición fue un desastre o una rendición, en la que participaron unos pícaros franquistas y unos avispados de la oposición para llegar, mediante un maquillaje, a un fraude democrático, y que al final ha hecho crisis con lo que llaman el felipismo. Esta tesis, cada vez más extendida, es una amenaza, aunque no grave, para el sentimiento democrático".Según Cebrián, la prensa ocupó en la transición un lugar central en el debate político y fue la única institución que conectó de verdad con la realidad del país; pero después se produjo una fase de compadreo. Con la llegada de los socialistas al poder, en 1982, se produce una separación de prensa y política y los periodistas se sienten marginados. Llega también la reglamentación del uso de las libertades y entre ellas la libertad de expresión.

Unos años después se registra una "venganza" de los periodistas sobre los políticos. En la actualidad algunos periodistas, "huérfanos de ese protagonismo y compadreo, tratan de recuperar el protagonismo, que a mí me parece excesivo", señaló.

"Hay un sector de periodistas que piensan que todo es válido. Pero no lo es. Ahí está el ejemplo de la revista Interviú denunciada por Marta Chávarri por invadir su intimidad. La justicia ha tardado 7 años en reparar los abusos de la libertad de expresión".

En el mismo curso, Lorenzo Gomis, catedrático emérito de Periodismo, destacó el papel de la prensa durante la transición en Cataluña. José Luis Gutiérrez, director de Diario 16, participó en una mesa redonda junto con otros profesionales, en la que sostuvo que la prensa se adelantó a los políticos y a la sociedad en la lucha por las libertades.