La cruzada de Calatrava por una cúpula

El arquitecto británico sir Norman Foster ha sido uno de los visitantes del empaquetado del Reichstag. Tras la actuación de Christo, será el próximo inquilino del Reichstag, al iniciar el 23 de julio la reforma del edificio, con un presupuesto de 52.200 millones de pesetas, por encargo del Gobierno alemán. El concurso, iniciado en 1992, tuvo tres ganadores: Pi de Brujin, Foster y el español Santiago Calatrava.La reforma se adjudicó sólo a Foster, quien fue modificando las iniciales líneas de su proyecto hasta coincidir con el presentado por Calatrava. Desde entonces el ingeniero y arquitecto valenciano ha emprendido una campaña de información sobre las identidades de las dos propuestas y numerosas cartas enviadas a políticos y arquitectos relacionados con el concurso. Ha publicado un libro y varios informes.

"Es un escándalo", declaró a EL PAÍS el pasado viernes. "Es un plagio", publicaba ayer en el diario Tagesspiegel, de Berlín. Él arquitecto enumera las ideas de su proyecto que también aparecen en el último de Foster: la colocación de los despachos fuera del edificio, la conservación del edificio histórico y, sobre todo, el remate de la cúpula de cristal, en una estructura plegable. Foster llegó también a la cúpula tras un inicial baldaquino gigantesco y un cilindro futurista.