Investigar en España

Con esta carta, un grupo de doctores de la Universildad española y del CSIC, que hemos dedicado los últimos años a la investigación científica, parte de ellos en el extranjero, queremos llamar la atención sobre nuestra situación laboral, un reflejo de lo que puede ser intentar seguir una carrera científica en este país.Durante todo este tiempo, nuestro trabajo ha sido fomentado y apoyado económicamente por el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) y/o comunidades autónomas, tanto para la realización del doctorado como para nuestra estancia en centros de investigación extranjeros. De regreso a nuestro país, hemos recibido lo que el MEC ha dado en llamar contratos de reincorporación con la finalidad de integrarnos en grupos de investigación que están desarrollando proyectos de alto nivel.

Algunos compañeros (en muchos casos por razones meramente burocráticas) no han tenido la suerte de que se les adjudicara uno de estos contratos, de tres años de duración máxima, y ahora son doctores altamente cualificados en paro.

Recientemente, el señor Fernández de Caleya, director general de Política Científica, ha asegurado que los contratos de reincorporación que tenemos no serán renovados bajo ningún concepto. Si esta amenaza se cumple (y ya se está cumpliendo), a la mayoría de nosotros le espera, bien engrosar el colectivo de doctores altamente cualificados en paro o bien continuar la vieja tradición española de la emigración.

¿Cuáles son, a nuestro juicio, las razones por las que se desperdicia el cuantioso dinero invertido en la formación de investigadores? Aparte de que el dinero dedicado a la investigación es escaso y, del raquitismo de la investigación llevada a cabo por la empresa privada y su cortedad de miras, lo más grave para nosotros es el síndrome de funcionarlización y corporativismo que afecta en gran medida a la Universidad española.

La falta de una igualdad real de oportunidades en la mayoría de las oposiciones a las plazas de profesor de Universidad hace que en la mayoría de los casos dichas plazas sean ocupadas por, los llamados candidatos internos u oficiales del propio departamento al que se adscribe dicha plaza, todo ello sin atender a los méritos investigadores de otros concursantes. Los candidatos internos suelen tener más experiencia docente que los otros opositores, ya que en su mayoría limitan su vida científica a los departamentos esperando la convocatoria de su plaza. Aunque, según la LRU, los méritos de investigación deben primar sobre los docentes, en las oposiciones a profesor titular de Universidad esta aparente dificultad se soluciona por parte de los departamentos imponiendo un perfil investigador para la plaza que se ajusta ad hoc al del candidato interno.

La imposibilidad de que las universidades y departamentos puedan contratar libremente y según sus necesidades investigadoras al personal adecuado redunda en la situación de bloqueo y falta de estímulo que degradan el nivel científico. y con ello docente de nuestras universidades.

Como profesionales, nuestra meta no es convertimos en funcionarios, sino llevar a cabo el trabajo para el que se nos ha preparado. Creemos que es urgente y necesario, primero, la creación de la figura del investigador contratado según las necesidades de cada grupo de investigación, y segundo, la creación de un distrito único para alumnos y profesores, que estimule la movilidad y compelencia entre las universidades y los departamentos. y 35 firmas más.