La sombra de William Layton se extiende por el éxito del musical 'La bella Helena'

La noche del viernes se convirtió en uno de los grandes éxitos de la vida profesional del direcctor José Carlos Plaza y la actriz y cantante Ana Belén. Con las manos entrelazadas y roto el llanto, por el dolor, tras dedicar la función a William Layton, su maestro y consejero desaparecido esta semana tras una muerte voluntaria, compartían la cerrada ovación que el público les concedió tras el estreno de La bella Helena. Una comedia musical disparatada y divertida, adaptada por Vicente Molina Foix sobre el libreto de Halévy y Meilhac, con arreglos musicales de Mariano Díaz, a partir de la opereta original de Offenbach, que inauguró la 41ª Edición del Festival de Teatro de Mérida.

Todos, público y compañía, sabían que había sido una noche de éxito. De esas que hacen historia. A pesar de ello no había la algarabía habitual en camerinos tras el estreno. Todos se abrazaban y besaban en silencio. Un silencio roto sólo por el llanto de alguien a quien el recuerdo, del gran maestro Layton le quebraba la garganta.Ana Belén, tras recibir la gran e interminable ovación que el, público dispensó a toda la compañía, dijo: "Es, una noche especial, es un estreno importante para nosotros y está dedicado a William Layton, hombre fundamental para todos". Layton, cuatro días antes, había decidido quitarse la vida.

"No sé ni dónde estoy", afirmaba Plaza, "esta mezcla de tristeza profunda y gozo por cómo ha ido todo, es algo nuevo para mí, lo único importante es que he visto al público muy feliz y eso era lo que quería Layton"

El versionador-autor, Vicente Molina Foix, quien veía por primera vez el montaje terminado, se mostraba fascinado, no sólo por la función, que le entusiamó, sino por el espacio del teatro Romano de Mérida, que se ha visto especialmente modernizado con este espectáculo, ya que en él se han incorporado numerosos efectos visuales multimedia.

La bella Helena había cu bierto las expectativas. Estamos claramente ante u n espectáculo divertido, con música y voces en directo, de alta calidad técnica, refrescante, y capaz de competir con los musicales tradicionales y prestigiados de países protagonistas. A ello hay que añadir que su protagonista principal, Ana Belén, hace de auténtica descarada y zorroncilla, tras interpretar auténticos dramones en la escena en los últimos veinte años. El resto de la compañía, músicos incluidos, colaboran a que este musical desenfadado y lúdico, sea todo un hallazgo escénico. Entre ellos, Pedro Ruy-Blas, quien hace de marido cornudo de la descarada Helena, Benjamín Barrington, quien con su buen aspecto logra llevarse a Helena al huerto; Francisco Maestre, interpretación altamente elogiada toda la noche, Juan Cánovas, quien además de director musical junto a Díaz hace de rey disparatado y así hasta 15 actores y seis músicos, quienes por arte de magia y por esfuerzo de la producción de Fila 7, logran parecer muchos más.

Caras conocidas como el cantante Miguel Ríos, el diseñador Jesús del Pozo, los actores Juan Margallo, Petra Martínez, José Pedro Carrión, Nuria Gallardo, la directora general del INAEM, Elena Posa, así como el hasta ayer director de Cultura de la Comunidad de Madrid, Carlos Jiménez, se desplazaron ayer hasta Mérida para ver el espectáculo.