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FERIA DE SEGOVIA

Ponce se los merienda

Enrique Ponce tenía ayer ganas de triunfo y merendó por partida doble. De un lado, se echó al coleto los dos enemigos, de distinta condición, que le correspondieron. De otro, aprovechó su pundonor para merendarse a sus dos desganados compañeros de terna, Joselito y Litri, quien sustituía a Jesulín de Ubrique sin que la taquilla se resintiese lo más mínimo para felicidad de la empresa.Y es que la corrida fue interesante, se salió del aburrido sota, caballo y rey de estos tiempos en los que la fiesta atraviesa momentos de electroencefalograma plano. Los toros, de comportamiento y presencia disparejos, llevaban algo de picante y ya se sabe que eso es malo para los estreñidos de profesionalidad y torería. La ganadera, que siguió el festejo en el tendido uno confundida con el público, se quejaba de continuo de las dos sinrazones en las que fallaron Joselito y Litri: el exceso de castigo que ordenaron a sus piconeros para con sus toros, y la falta del más mínimo atisbo o intento de cruzarse con ellos.

Valdemoro / Joselito, Litri, Ponce

Toros de ValdeMoro, terciados, excepto 1º y 2º; de juego desigual, sospechosos de pitones.Joselito: pinchazo sin soltar, pinchazo perdiendo la muleta y estocada desprendida perpendicular (silencio); estocada corta baja, estocada delantera atravesada y descabello (pitos). Litri: estocada baja (algunos pitos); estocada y descabello (silencio). Enrique Ponce: media desprendida perpendicular (oreja); metisaca bajo, pinchazo hondo contrario y tres descabellos (ovación). Plaza de Segovia, 29 de junio. Segunda y última corrida de feria. Lleno.

Rabiosa entrega

No es que Ponce alborease dos faenas de escándalo, quiá. Simplemente le echó redaños y rabiosa entrega sin salirse en demasía de su estilo de estética superficialidad. Sin embargo, sólo con eso parecía Joselito (el genuino; es decir, El Gallo), y Belmonte a la vez frente a sus teóricos competidores. Al terciadito burel que salió en tercer lugar, con el que se lució en rehiletes Antonio Tejero, le aplicó sus bellos fuegos de artificio, con suma elegancia en adornos y varios pases de pecho y doblones cumbres, y mayor ligereza despegadita en el toreo fundamental.El sexto fue un manso que coceaba las cabalgaduras y al que gran parte del cotarro protestó pidiendo su antirreglamentaria devolución. Esa misma marabunta rugió después jaleando los medios pases que Ponce le extrajo, y su valentía al aguantar con impávida quietud sus parones.

A Joselito, desabrido y espeso, le pudo la pegajosa y encastada codicia del morlaco primero, aunque le permitió esturrear algunos cadenciosos pases sueltos. Al cuarto se lo masacraron en varas y fue penoso ver al coletudo sólo pendiente de devolver, corregidos y aumentados, los epítetos que le lanzaban algunos espectadores. Y Litri, para no quedarse atrás, dejó que tundieran a su lote para limitarse después a dos labores trapaceras.

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